Civiles atrapados en El-Fasher mientras las Fuerzas de Apoyo Rápido toman el control en medio de la escalada del conflicto en Sudán


Miles de civiles se encuentran actualmente atrapados en El-Fasher, Sudán, mientras aumentan las urgentes preocupaciones de seguridad tras los informes de que fuerzas paramilitares han tomado el control del último bastión militar en la región de Darfur. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) asedian la ciudad desde mayo de 2024, exacerbando un conflicto brutal que dura más de dos años.

Activistas prodemocracia han publicado imágenes inquietantes que muestran a decenas de personas fallecidas junto a vehículos quemados, lo que subraya las catastróficas condiciones de la zona. La comunicación con los civiles capturados se ha vuelto cada vez más difícil debido a un apagón mediático que, según se informa, ha interrumpido las redes de comunicaciones por satélite y de otro tipo. El Sindicato de Periodistas Sudaneses ha dado la alarma sobre la seguridad de los periodistas en la región, llamando especialmente la atención sobre la detención del periodista independiente Muammar Ibrahim por las fuerzas de RSF.

Las RSF han reclamado el control de El-Fasher, lo que ha provocado que el ejército y sus aliados guarden silencio sobre la situación. Si se confirma, esta afirmación marcaría un cambio significativo en el conflicto en curso, que ha provocado decenas de miles de muertes y ha desplazado a casi 12 millones de personas desde abril de 2023. Las FAR consolidarían entonces su control sobre las cinco capitales estatales de Darfur y fortalecerían su gobernanza, especialmente porque ya controlan Nyala en Darfur del Sur.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su grave preocupación por la escalada de violencia y dijo que el sufrimiento en Sudán se ha vuelto insoportable. La situación humanitaria en El-Fasher es precaria, con alrededor de 260.000 civiles –la mitad de los cuales son niños– atrapados y con una necesidad desesperada de asistencia, que recurren al consumo de pienso para el ganado. A pesar de la idea de proteger a los civiles, los comités de resistencia locales han acusado a las fuerzas de RSF de cometer graves atrocidades, incluida una limpieza étnica. También ha habido informes de combatientes que arrestaron a hombres sospechosos de tener vínculos con el ejército.

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Los combates se intensificaron cerca del aeropuerto de El-Fasher y otras zonas el domingo por la noche, generando alarma entre los activistas prodemocracia cuando la falta de apoyo aéreo del ejército se hizo evidente. El gobernador de Darfur, afiliado al ejército, pidió protección civil y exigió una investigación independiente sobre la violencia cometida por las fuerzas de RSF. La ONU ha advertido anteriormente sobre posibles masacres contra comunidades no árabes, similares a las observadas tras la anterior incursión de las RSF en el campamento de Zamzam.

A la luz de la escalada de violencia, la agencia de migración de las Naciones Unidas informa que aproximadamente entre 2.500 y 3.000 personas han huido de El-Fasher y han buscado refugio en la propia ciudad o en pueblos vecinos como Tawila y Mellit. Mientras tanto, el líder de facto de Sudán, Abdel Fattah al-Burhan, hizo una rara aparición pública para reunirse con el embajador turco en Port Sudan, donde discutió el asedio de El-Fasher por parte de las RSF.

Tom Fletcher, jefe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), ha subrayado la necesidad de un paso seguro para los civiles en medio del caos, pero el acceso a la ciudad sigue muy restringido debido a los combates en curso. En los últimos meses, las RSF han intensificado los ataques con artillería y drones, desmantelando sistemáticamente las defensas del ejército. A pesar de los repetidos llamamientos a un alto el fuego por parte de la comunidad internacional, tanto las RSF como los militares han mostrado poco interés en negociar o llegar a un compromiso.

Una reunión reciente en Washington en la que participaron representantes de Estados Unidos, Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tuvo como objetivo crear un camino hacia la paz y la estabilidad en Sudán. Sin embargo, las discusiones terminaron sin resultados efectivos. Guterres ha enfatizado que el conflicto se está extendiendo más allá de las fronteras de Sudán, lo que indica una creciente interferencia externa que está complicando la ya difícil búsqueda de un alto el fuego.

La situación en Sudán se ha convertido en lo que las Naciones Unidas ahora caracterizan como la peor crisis de desplazamiento y hambre del mundo, y el impacto humanitario empeora dramáticamente a medida que el conflicto entra en su tercer año.



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