En un acontecimiento notable que podría cambiar el panorama de conflictos que duran décadas, el grupo militante kurdo PKK ha iniciado la retirada de sus tropas de Turquía al norte de Irak. La medida marca la renuncia formal del PKK a la resistencia armada contra el gobierno turco, un compromiso adquirido a principios de este año como parte de las negociaciones de paz en curso.
El anuncio se hizo en una ceremonia en una aldea remota en las montañas Qandil del norte de Irak, donde representantes del PKK se dirigieron a los asistentes tanto en kurdo como en turco y dijeron: «Estamos en el proceso de retirar todas nuestras fuerzas dentro de Turquía». Al evento asistieron 25 combatientes, incluidos tres comandantes, algunos de los cuales eran mujeres, todos visiblemente armados con rifles de asalto mientras marcaban esta transición crucial.
Aunque no se ha definido claramente el número exacto de combatientes implicados en la retirada, las estimaciones sugieren que entre 200 y 300 miembros del PKK participan en esta acción. Los funcionarios turcos han expresado su aprobación por la retirada, calificándola de “resultados concretos del progreso” en las negociaciones destinadas a resolver uno de los conflictos más antiguos de la región, que se ha cobrado unas 50.000 víctimas en las últimas cuatro décadas.
Sin embargo, el PKK subraya que el éxito de este proceso de paz depende de la liberación de su líder capturado, Abdullah Ocalan, encarcelado desde 1999. El grupo ha subrayado la necesidad de reformas legales rápidas para facilitar este proceso. Sabri Ok, militante de alto rango del PKK, expresó la urgencia de promulgar leyes específicas para las negociaciones de paz, además de una amnistía general.
A sus 76 años, Öcalan ha sido una figura central en las discusiones sobre una solución pacífica al conflicto, y su continuo cautiverio plantea desafíos importantes. El líder del PKK, Devrim Palu, comentó las dificultades para continuar las negociaciones mientras Öcalan permanece aislado, afirmando que su libertad es crucial para dar más impulso al proceso de paz.
Las negociaciones indirectas que comenzaron a finales del año pasado recibieron el apoyo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien elogió los anteriores esfuerzos de destrucción de armas del PKK como un triunfo nacional. En respuesta, Ankara estableció un comité parlamentario multipartidista responsable de desarrollar un marco legal que fomente la integración política de los miembros del PKK y apoye el proceso de paz.
Los funcionarios del PKK afirman que una parte crucial de esta iniciativa es que el comité parlamentario se reúna directamente con Öcalan. Destacando la necesidad de esta reunión, Ok dijo: “El comité parlamentario debe ir inmediatamente y escuchar al líder Apo”, subrayando la importante influencia de Öcalan en los esfuerzos de paz.
Este comité parlamentario, que consta de 48 miembros, también se encarga de determinar el estatus legal de Öcalan. Ocalan recibió recientemente la visita de familiares y negociadores del Partido de las Regiones Democráticas (DEM), prokurdo, que desempeña un papel vital en el diálogo de paz en curso. El mes pasado en particular marcó un importante paso adelante, ya que Öcalan recuperó el acceso a sus abogados por primera vez desde 2019.
A medida que crece la especulación sobre los posibles resultados de estas negociaciones, los analistas sugieren que la fuerza decreciente del PKK y una población kurda cansada podrían darle a Öcalan la influencia necesaria para pasar del conflicto armado a un enfoque en la defensa democrática de los derechos kurdos. La reciente ceremonia simbólica del PKK que incluyó la destrucción de armas fue calificada como un “punto de inflexión irreversible” por los funcionarios turcos, lo que resalta aún más la dinámica cambiante del conflicto y las frágiles aspiraciones de una paz duradera.



