Naciones Unidas ha pedido urgentemente la protección y el paso seguro de los civiles en el-Fasher, una localidad del norte de Darfur sitiada por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). El jefe humanitario, Tom Fletcher, dio la alarma sobre los informes que apuntan a un aumento de las víctimas civiles y desplazamientos masivos mientras los combatientes de RSF intentan consolidar su control en la región.
Las RSF han estado asediando El-Fasher durante casi 18 meses, apuntando a lo que se cree que es el último bastión del ejército sudanés en Darfur. Esta escalada de violencia ha atrapado efectivamente al menos a 250.000 civiles y ha obligado a cientos de miles más a huir, lo que se suma a la ya grave crisis humanitaria en Sudán, donde la guerra civil continúa desde abril de 2023.
Fletcher describió la situación humanitaria como «en un punto de ruptura» y subrayó que los civiles quedan «disparando, muriendo de hambre y sin acceso a atención médica, alimentos o seguridad». Pidió acceso humanitario sin obstáculos y paso seguro para todos los civiles que intentan escapar del conflicto. “Ahora un alto el fuego, en El Fasher, en Darfur y en todo Sudán”, abogó en las redes sociales.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, se hizo eco de estas preocupaciones y advirtió sobre una “terrible escalada” de la crisis humanitaria. Hablando desde Kuala Lumpur, Malasia, caracterizó la situación como «insoportable» y llamó a todos los países que interfieren en el conflicto o suministran armas a las partes en conflicto a detener sus acciones, que están contribuyendo a la violencia actual.
La toma de El Fasher se considera un momento crucial en la guerra civil, y los analistas sugieren que podría dar a las RSF una mayor autonomía sobre la región occidental de Darfur. Los informes indican que RSF podría incluso estar considerando una posible separación de Darfur del resto de Sudán. A pesar de las afirmaciones de RSF de que están protegiendo a civiles, el grupo enfrenta serias acusaciones de cometer atrocidades, incluidos asesinatos por motivos étnicos, dijo la Red de Médicos de Sudán.
La violencia atribuida a los combatientes de RSF se ha vuelto cada vez más difícil de verificar debido al colapso de la seguridad en las zonas afectadas. La Red de Médicos de Sudán informó que el número de víctimas podría superar las decenas, lo que subraya la necesidad urgente de acceso humanitario.
Además, Minni Minnawi, gobernadora de Darfur y aliada del ejército sudanés, ha pedido medidas para garantizar la protección de los civiles a medida que avanzan las fuerzas de RSF. También ha exigido una investigación independiente sobre los presuntos abusos y masacres del grupo paramilitar.
En una contrahistoria, la agencia oficial de noticias sudanesa SUNA informó que el ministro de Información, Khaled al-Aisir, refutó las afirmaciones de las RSF sobre el progreso en el-Fasher, calificándolas de guerra psicológica. Afirmó que el levantamiento se ha derrumbado y ha sido derrotado en varios lugares.
Ante el rápido deterioro de la situación, la comunidad internacional observa de cerca y reconoce las graves consecuencias del conflicto tanto para Sudán como para la región circundante.



