En una sorprendente muestra de creatividad, los activistas que protestan contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han salido a las calles disfrazados de animales inflables, entre ellos ranas, un tiburón, un unicornio e incluso un tiranosaurio rex. Este enfoque errático pretende contrarrestar la narrativa de que las protestas son manifestaciones violentas de «odio a Estados Unidos» promovidas por la administración Trump.
La reciente ola de protestas contra ICE tiene sus raíces en las controvertidas prácticas de aplicación de la ley de la agencia que se han intensificado desde su fundación en 2003. Bajo la administración Trump, las actividades de ICE se expandieron para apuntar no solo a inmigrantes indocumentados con antecedentes penales, sino también a personas sin delitos previos. Esta política provocó una indignación generalizada y condujo al surgimiento del movimiento Occupy ICE, que comenzó en junio de 2018, con su primera manifestación importante en Portland, Oregón. Este evento pasó de ser una reunión organizada a un campamento vibrante con espacios comunitarios destacados y resultó exitoso en el cierre temporal de una instalación de ICE.
Después de las elecciones presidenciales de 2020, el entorno que rodeaba la aplicación de la ley por parte de ICE se deterioró a medida que se levantaron protecciones anteriores, lo que permitió operaciones en áreas sensibles como escuelas y hospitales. Las protestas se reanudaron con renovado vigor, especialmente en Portland, donde Trump hizo comentarios incendiarios y calificó a la ciudad de plagada de «terroristas nacionales». Posteriormente, intervino un juez federal, bloqueando el intento de Trump de desplegar la Guardia Nacional y reafirmando que las protestas no cumplían los criterios de insurrección.
En esta atmósfera cargada, el uso del humor y el vestuario se ha convertido en una táctica importante. Momentos virales, como un incidente en el que un agente de ICE usó spray de pimienta sobre un manifestante disfrazado de rana, ilustran lo absurdo de las respuestas de la policía a las manifestaciones no violentas. Este activista, identificado como Seth Todd, quiso cambiar la narrativa resaltando la risa y la estupidez de sus acciones, lo que contrastaba con la actitud seria de la policía antidisturbios.
La rana inflable se ha convertido en un símbolo de resistencia e incluso ha dado lugar a adaptaciones creativas en el arte y los productos de protesta. El movimiento ha inspirado la iniciativa ‘Operación Inflación’, que apoya a activistas de todo el país mediante la financiación colectiva de trajes inflables, destacando la importancia de la visibilidad, la alegría y la seguridad en las protestas.
Los paralelos históricos son claramente visibles en estas tácticas modernas. Grupos como el Clandestine Insurgent Rebel Clown Army de Londres, que adoptó las payasadas durante las protestas contra la guerra, utilizaron estrategias lúdicas similares para alterar las interacciones tradicionales entre políticos, policías y manifestantes.
Además del humor, el poder de la ropa y los disfraces en el activismo tiene una larga historia. Desde las fajas de colores coordinados de las sufragistas hasta el atuendo digno de los activistas de derechos civiles, la ropa se ha utilizado a menudo para transmitir seriedad y solidaridad. Los movimientos más recientes utilizan atuendos reconocibles, como capas rojas y sombreros blancos. El cuento de la criada– hacer declaraciones visuales impactantes contra las medidas opresivas.
Esta creatividad culminó en una confluencia única de protestas en Portland, donde los manifestantes anti-ICE se pusieron trajes inflables junto a miles de ciclistas desnudos como parte del Emergency World Naked Bike Ride. Los activistas sostienen que esta mezcla de absurdo y vulnerabilidad subraya efectivamente su oposición a la violencia estatal.
Dado que, según se informa, ICE ha aumentado significativamente su presupuesto para armas, la posibilidad de una mayor aplicación de la ley sigue siendo un problema inminente. Las ranas inflables simbolizan el espíritu resiliente entre los manifestantes y encarnan el potencial de unidad y ligereza, incluso ante la adversidad. Sus mensajes, como “Ranas fuertes juntas”, resuenan como un recordatorio de la fuerza colectiva que se encuentra en la risa y la comunidad durante tiempos difíciles.



