El grabado rock egipcio antiguo puede arrojar luz sobre la historia dinástica temprana


Un viejo grabado en roca descubierto en la orilla occidental del río Nilo en el área de Asuán, puede salir de los primeros días de la primera dinastía de Egipto, posiblemente hace unos 5.100 años. Este hallazgo notable retrata un bote que parece estar transportando a una persona que puede representar el estado real, aunque solo es perceptible una parte de la figura, específicamente la cabeza y el hombro derecho.

Corrija las características estilísticas del grabado con los antiguos paneles de roca egipcia de los períodos protodinásicos y tempranos de la primera dinastía, que están en gran medida inexplorados por los arqueólogos. Estas similitudes sugieren que el grabado podría proporcionar información sobre las fases de formación del estado egipcio. Dorian Vanhulle, director y curador del Musée du Malgré-Tout en Bélgica y el principal autor del estudio, señaló que los barcos son motivos prominentes en la iconografía egipcia. Explicó que no solo eran comunes durante los períodos predinásticos y protodinásticos (alrededor de 4500-3085 a. C.), sino que también mantuvieron significados simbólicos complejos.

El grabado fue encontrado Serendipitus durante un estudio destinado a documentar el arte rupestre que espera el desarrollo de una nueva ciudad en Asuán en noviembre de 2022. El bote representado es «elegante» y se muestra por cinco figuras, acompañado por una persona en la parte trasera, un remero. Adyacente a esta persona hay un área similar a la cabaña que puede haber albergado una figura sentada. Vanhulle afirma que esta figura podría ser de origen real, aunque el estado incompleto del grabado complica la interpretación.

Es intrigante que la figura sentada se represente con una barbilla alargada, una característica típica que la barba falsa indica apoyada por reyes desde el comienzo de la primera dinastía. Un golpe vertical que es visible en la cabeza de la figura puede significar un tocado, lo que respalda aún más la hipótesis de la pantalla real.

Para determinar la fecha del grabado, Vanhulle analizó elementos estilísticos, como la forma falciforme del bote y la representación de las figuras, que son similares a las imágenes de los períodos protodinásticos y dinásticos tempranos. El grabado incluye funciones como «cuernos» en la segunda cabaña, elementos que se volvieron comunes al comienzo de la primera dinastía.

Vanhulle, sin embargo, aclara que esta figura de sentación probablemente no sea reconocida históricamente como el fundador de la primera dinastía egipcia de grabar un serekh, una imagen jeroglífica que simboliza el palacio del rey y registra el dios del dios otoño. La ausencia de este símbolo de llaves sugiere que la figura retratada data de antes de la aceptación formal de tales representaciones reales en el arte rock.

Alejandro Jiménez Serrano, un egiptólogo de la Universidad de Jaén en España que no participó en el estudio, confirmó que la ausencia del Serekh podría indicar un momento antes del uso prevaleciente de este símbolo. Vanhulle especuló además que las autoridades regionales pueden haber dado a los artesanos en la asignación, incluso antes de la construcción de las primeras pirámides, lo que indica la confirmación de estructuras de potencia que aparecen en la era predinástica.

Aunque el nuevo grabado es crucial porque refleja una cifra potencialmente autorizada, el estudio reconoce las restricciones. Tanto Vanhulle como Jiménez Serrano enfatizaron los desafíos en la interpretación del arte rupestre, incluida la incertidumbre en torno al significado del accidente cerebrovascular vertical, la posibilidad de una barba falsa y el género de la figura sentada. El estudio admite que distinguir el estado y el género de la cifra sigue siendo difícil, pero su importancia social se reconoce como un posible miembro de la clase dominante.



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