Los invitados en una fiesta en las montañas Zagros de Irán hace 11,000 años trajeron jabalíes de todo el país


En una notable exploración de las antiguas prácticas comunes, un estudio reciente publicado en Comunicación Tierra y entorno arroja luz sobre la dinámica social de una fiesta que tuvo lugar en el oeste de Irán hace unos 11,000 años. Los investigadores concentraron su investigación en el sitio ASIAB en las montañas de Zagros, donde se excavó la prueba de una reunión sustancial. El notable descubrimiento se centra en los restos de 19 cráneos de jabalíes, que se encontraron perfectamente en un pozo en un edificio circular.

Los marcadores de SEG en estos cráneos indican que los cerdos eran parte de una fiesta festiva, pero el origen de los animales había permanecido sin estar claro hasta que se realizó este estudio. Utilizando técnicas avanzadas para analizar los patrones microscópicos y las firmas químicas en el esmalte dental de cinco de los cerdos, los investigadores podrían determinar que al menos algunos de estos animales fueron transportados de distancias considerables, lo que sugiere un esfuerzo extenso para llevarlos a la fiesta.

Esta notable compañía incluyó la navegación a través de un terreno montañoso desafiante, lo que indica que estos animales están indicados a estos animales para la ocasión. Los investigadores señalaron que, aunque, aunque los osos más fácilmente disponibles probablemente estaban más cerca del sitio, los participantes en el festival antes de que los animales eligieran usar distancias considerables, el énfasis en las dimensiones sociales y simbólicas de alimentos en profundidad en las reuniones comunes.

Los hallazgos contribuyen a una información valiosa sobre la comprensión del comportamiento del partido antes de la llegada de la agricultura, un tema que se ha discutido a gran escala entre historiadores y arqueólogos. Tradicionalmente, las partes están asociadas con asociaciones agrícolas, donde los excedentes alimentarios facilitaron tales eventos comunes. Los datos de ASIAB conducen a una revaluación de estos supuestos, que muestran que incluso antes de la agricultura, las comunidades se dedicaban a prácticas sociales complejas dirigidas a comidas compartidas y al intercambio de obsequios importantes, similares a las tradiciones que se observaron hoy en día.

La comida siempre ha jugado un papel crucial en las prácticas culturales, con su presencia muy arraigada en varias vacaciones y fiestas. El acto compartido de festividades no solo alimenta al cuerpo, sino que también refuerza las enlaces interpersonales, lo que simboliza la reciprocidad y la cohesión social. En contextos modernos, los productos o regalos alimenticios cuidadosamente seleccionados a menudo reflejan su origen cultural, paralelo a las prácticas antiguas en ASIAB, donde los cerdos transportados probablemente representaban identidades y relaciones regionales.

Los investigadores notaron la analogía intrigante entre los patrones de crecimiento en los dientes y los árboles, lo que reveló cómo crecen los dientes en las capas, al igual que los anillos de crecimiento anual. Al examinar cuidadosamente estas capas de crecimiento, el equipo identificó los cambios diarios correlacionados con la ingesta de los Bears, lo que llevó a la conclusión de que estos animales fueron cazados de regiones al menos a 70 kilómetros de las regiones, lo que refleja la obligación de compartir los lazos sociales por el importante acto de compartir alimentos.

Esta investigación ofrece la primera visión de tal comportamiento social en un contexto preagricultural y enriquece la comprensión de las primeras interacciones humanas y el desarrollo cultural durante los momentos cruciales en la historia. Los hallazgos subrayan que la comida no estaba sola en la antigüedad; Era un portador de conexiones sociales y significado cultural.



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