La Guardia Costera de Estados Unidos ha establecido una base de operaciones en Alameda, California, para apoyar a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos en la localización de inmigrantes ilegales en el país. El anuncio, realizado el miércoles, generó duras críticas por parte de funcionarios del gobierno local, incluido el alcalde de San Francisco, Daniel Lurie, y el gobernador de California, Gavin Newsom. El despliegue de más de 100 agentes federales comenzará el jueves, y tanto Lurie como Newsom denunciaron la medida como un intento de sembrar malestar.
En un discurso transmitido en vivo desde el Ayuntamiento, Lurie expresó su preocupación de que las acciones del gobierno federal tengan como objetivo provocar respuestas violentas. Enfatizó que las tácticas agresivas de los funcionarios de inmigración crean una atmósfera de miedo, haciendo que los residentes se sientan inseguros en su vida diaria. Lurie se abstuvo de nombrar directamente al presidente Trump, quien anteriormente había abogado por el despliegue de tropas de la Guardia Nacional para combatir el crimen en varias ciudades, incluida San Francisco.
Las afirmaciones de Trump sobre la delincuencia rampante en San Francisco han sido recibidas con escepticismo por parte de los líderes locales, quienes señalan estadísticas que sugieren que muchas tasas de criminalidad se encuentran en mínimos históricos. La oficina del gobernador ha dicho que planea oponerse a cualquier despliegue de tropas federales, recordando una confrontación similar cuando Trump intentó enviar la Guardia Nacional a Los Ángeles en contra de los deseos del gobernador.
El fiscal general de California, Rob Bonta, se ha comprometido a emprender acciones legales inmediatas si se despliegan tropas federales, al igual que el fiscal de San Francisco, David Chiu. En una conferencia de prensa, Newsom advirtió que presentaría una demanda “en un nanosegundo” de cualquier presencia militar federal en la ciudad, reiterando la postura firme de la administración sobre el tema.
La declaración de la Guardia Costera sobre la operación enfatizó un «enfoque de todo el gobierno» para combatir la inmigración ilegal y otros delitos, diciendo que su misión incluye atacar a los individuos más peligrosos entre las poblaciones de inmigrantes. Esto ha alimentado aún más el debate sobre las tácticas de control de la inmigración en ciudades santuario como San Francisco y Oakland, las cuales tienen políticas que limitan la cooperación con los esfuerzos federales de inmigración.
La alcaldesa de Oakland, Barbara Lee, también se ha pronunciado en contra de la presencia federal, afirmando que la verdadera seguridad pública proviene de soluciones locales y no de una ocupación militar federal. A la luz de la situación en desarrollo, Lurie ha convocado a protestas pacíficas y al mismo tiempo ha prometido apoyo de la ciudad a los inmigrantes afectados por posibles acciones federales.
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