En un descubrimiento arqueológico notable, se han desenterrado más de 800 artefactos antiguos en un sitio en North Yorkshire, revolucionando la comprensión previa de la dinámica de poder, el prestigio y la conectividad en el antiguo norte de Gran Bretaña. Los hallazgos, llamados Melsonby Hoard, fueron identificados por primera vez por el detector de metales Peter Heads a finales de 2021 y excavados en colaboración con la Universidad de Durham al año siguiente. Los investigadores han caracterizado la concentración de artículos ceremoniales y de élite como «sin precedentes».
Entre los artefactos encontrados se encuentran restos de al menos siete vehículos -compuestos por carros de cuatro ruedas o de dos ruedas-, así como 28 llantas de hierro, tres lanzas ceremoniales y armaduras para 14 ponis. Además, se encontraron dos grandes calderos, uno de los cuales pudo estar destinado a mezclar vino. Sorprendentemente, muchos artefactos mostraban signos de destrucción deliberada, con numerosos objetos quemados, doblados o aplastados bajo pesadas piedras. Por ejemplo, se descubrió un caldero al revés con el centro colapsado, lo que sugiere que el daño no fue incidental sino más bien parte de una práctica ritual.
Curiosamente, el sitio no arrojó restos humanos; sin embargo, la presencia de tierra quemada y depósitos de cenizas implica una conexión con una pira funeraria. Tom Moore, de la Universidad de Durham, señaló que este hallazgo subraya la idea de que las élites del norte de Gran Bretaña ejercían un poder comparable al de sus homólogos del sur.
Los artefactos también cuentan una historia de extenso intercambio comercial y cultural. Muchos objetos presentaban decoraciones realizadas con coral rojo del Mediterráneo, vidrios de colores y fornituras de aleaciones de cobre, materiales no autóctonos de la región. Según los informes, estos componentes extranjeros indican rutas comerciales activas que conectan el norte de Gran Bretaña con Europa continental e incluso con el mundo romano. Moore sugirió que el propietario del tesoro probablemente pertenecía a una red de élite que se extendía por Gran Bretaña y más allá.
En términos de diseño, los arqueólogos han identificado vínculos estilísticos y técnicos entre los artefactos en comparación con hallazgos similares en toda Europa continental. Esto sugiere que incluso las comunidades distantes mantuvieron conexiones a través de diseños, herramientas y tradiciones compartidas.
Adoptando una nueva técnica de excavación, el equipo arqueológico extrajo un bloque de suelo de un cuarto de tonelada del sitio y lo envió a la Universidad de Southampton para realizar tomografías computarizadas con rayos X. Este enfoque les permitió visualizar el contenido en 3D sin causar ningún daño, revelando detalles intrincados que incluyen diseños de peces grabados en calderos rotos y remaches que sujetan el coral a los arneses de los caballos. Estos escaneos proporcionaron información sobre la construcción de carros de la Edad del Hierro y la artesanía involucrada, aclarando cómo se disponían cuidadosamente los artefactos para el entierro.
Actualmente, el tesoro se encuentra en el Museo de Yorkshire, donde se ha lanzado una campaña nacional para garantizar que los artefactos permanezcan bajo custodia pública. El curador principal Andrew Woods destacó la importancia del descubrimiento y afirmó que tiene el potencial de transformar las narrativas históricas, permitiendo un mayor acceso público y arrojando luz sobre el propietario original. Aunque algunas piezas se exhibieron a partir del 25 de marzo de 2025, el trabajo continúa desentrañando más misterios de este extraordinario hallazgo.