Una investigación reciente de la UC San Francisco (UCSF) ha proporcionado información crítica sobre la progresión de la esclerosis múltiple (EM), identificando específicamente las primeras etapas de la enfermedad y los mecanismos implicados en su aparición. Históricamente, muchas personas con EM no buscan ayuda hasta que se ha producido un daño significativo, pero este estudio arroja luz sobre la actividad inmune preliminar que ocurre desapercibida.
Al analizar minuciosamente miles de proteínas en muestras de sangre, el equipo de la UCSF ha creado una cronología completa de los primeros ataques de la enfermedad al cerebro. Sus hallazgos indican que el sistema inmunológico comienza su ataque a la mielina (la vaina protectora que rodea las fibras nerviosas) mucho antes de lo que se pensaba. El equipo de investigación se centró en identificar fragmentos de mielina y otras moléculas que quedan tras la actividad inmunitaria, así como las señales químicas que impulsan la respuesta inmunitaria.
El cronograma establecido en este estudio sugiere que la aparición del daño a la mielina ocurre aproximadamente un año antes de la detección de la lesión en las fibras nerviosas subyacentes. Una proteína crítica identificada es la IL-3, que parece desempeñar un papel integral durante esta fase inicial. Ayuda a reclutar células inmunitarias en el sistema nervioso central, iniciando una reacción en cadena que, en última instancia, provoca daño al tejido nervioso, a menudo antes de que se manifiesten los síntomas clínicos.
El Dr. Ahmed Abdelhak, profesor asistente de neurología en la UCSF y autor principal del estudio, destacó el impacto potencial de estos descubrimientos en el diagnóstico y tratamiento de la EM. Señaló que esto podría revolucionar la forma en que los proveedores de atención médica comprenden y manejan la afección.
El estudio implicó un examen exhaustivo de muestras de sangre de 134 personas, tomadas del Depósito de Sueros del Departamento de Defensa de EE. UU., que archiva muestras durante años. Esto permitió a los investigadores rastrear los cambios en los niveles de proteínas años antes del diagnóstico clínico. En particular, se detectó un aumento en la glicoproteína de oligogendrocitos de mielina (MOG) siete años antes del diagnóstico confirmado de EM, seguido de un aumento en la cadena ligera de neurofilamentos, un marcador de daño de las fibras nerviosas, aproximadamente un año después.
Durante este período, la presencia de IL-3 y varias otras proteínas relacionadas con el sistema inmunológico indicó que ya estaba en marcha un ataque mediado por el sistema inmunológico, lo que proporcionó evidencia convincente de que la patología de la EM comienza mucho antes de que los síntomas se hagan evidentes.
En total, los investigadores identificaron alrededor de 50 proteínas que podrían servir como indicadores tempranos de la EM. Han presentado una solicitud de patente para un análisis de sangre de diagnóstico basado en los 21 marcadores más fiables identificados. Según el Dr. Ari Green, jefe de la División de Neuroinmunología y Biología Glial de la UCSF, estos avances podrían redefinir las estrategias de prevención y tratamiento de la EM.
Esta investigación innovadora no sólo aumenta la comprensión de la enfermedad, sino que también podría conducir a medidas proactivas que puedan detener o limitar el daño causado por la EM y, en última instancia, mejorar los resultados de los pacientes.