El ejército de Myanmar ha anunciado la captura de un notorio complejo de estafas, KK Park, ubicado al sur de la ciudad fronteriza de Myawaddy. Esta instalación se había hecho famosa en los últimos cinco años por fraude en línea, lavado de dinero y trata de personas. Era un centro donde miles de personas fueron atraídas con promesas de empleos lucrativos, sólo para ser obligadas a ejecutar sofisticadas estafas que defraudaron a víctimas en todo el mundo.
Con esta captura, el ejército pretende recuperar áreas perdidas en el conflicto civil en curso, especialmente alrededor de Myawaddy, un corredor comercial crucial hacia Tailandia. Recientemente, la junta ha logrado avances en el rechazo de los insurgentes en varias regiones de Myanmar mientras el país se prepara para las controvertidas elecciones que comenzarán en diciembre. A pesar de estos avances, grandes zonas del país siguen fuera del control militar, y las próximas elecciones han sido ampliamente criticadas por las fuerzas de oposición, que las consideran una farsa y están decididas a obstruirlas dentro de las zonas que controlan.
Los orígenes de KK Park se remontan a un acuerdo de parque industrial alcanzado a principios de 2020 que involucró al grupo insurgente étnico Karen National Union (KNU) y la empresa Huanya International, con sede en Hong Kong. Las investigaciones apuntan a conexiones entre Huanya y figuras conocidas del hampa china, incluido Wan Kuok Koi, también conocido como Broken Tooth, que ha invertido en operaciones relacionadas en la frontera. La visibilidad del complejo desde el lado tailandés subraya su importancia y su infame reputación.
Los informes sobre personas que huyen del parque KK revelan una sombría realidad: los prisioneros, muchos de ellos procedentes de países africanos, son sometidos a largas jornadas, torturas y abusos si no cumplen los exigentes objetivos fijados por sus captores. Según los informes, tras la intervención militar, más de 2.000 trabajadores fueron liberados y se incautaron 30 terminales de satélite Starlink, a menudo vinculados a operaciones fraudulentas. El Ministerio de Información de la junta atribuyó la ocupación anterior del complejo a la KNU «terrorista» y a las fuerzas locales afiliadas que luchan contra el régimen.
La declaración se considera un intento de abordar las preocupaciones de China, que ha instado tanto a la junta de Myanmar como al gobierno tailandés a tomar medidas más enérgicas contra las actividades ilegales de los sindicatos chinos en las zonas fronterizas. A principios de este año, miles de ciudadanos chinos fueron enviados a casa en vuelos fletados después de que el gobierno tailandés cortara el acceso a recursos esenciales como energía y combustible.
Sin embargo, KK Park representa sólo una de al menos treinta instalaciones similares en la frontera, muchas de las cuales, según se informa, están bajo la protección de milicias vinculadas a la junta. A pesar de la captura de KK Park, muchas de estas operaciones sin escrúpulos continúan, y decenas de miles de personas siguen atrapadas en actividades fraudulentas.
El control reforzado del ejército se extiende a casi todas las rutas principales que conectan Myawaddy con el resto de Myanmar, un objetivo estratégico crucial para las próximas elecciones. La reciente toma de Lay Kay Kaw, una ciudad desarrollada en 2015 con inversión japonesa como posible área de consolidación de la paz, representa un revés significativo para la KNU, que dependía de la zona para obtener ingresos, aunque gran parte de sus ganancias financieras anteriormente beneficiaban a las milicias pro-junta.
Una fuente informó a la BBC que es probable que se estén llevando a cabo actividades fraudulentas en KK Park, lo que sugiere que es posible que los militares se hayan apoderado sólo de una parte del enorme complejo. Además, hay afirmaciones de que el ejército de Myanmar puede estar actuando a petición de Beijing para detener a individuos chinos específicos de estos centros de estafa para ser juzgados, lo que explica el reciente ataque del ejército al KK Park.