Los abogados de Comey buscan que se desestime el caso, alegando un procesamiento vengativo por parte de la administración Trump.


Los abogados que representan al ex director del FBI James Comey instan a un juez a desestimar el caso en su contra. Describen la acusación como vengativa e impulsada por la «animación personal» de una Casa Blanca ansiosa por vengarse de Comey, quien durante mucho tiempo ha visto al presidente Donald Trump como un rival. El equipo legal está cuestionando la legitimidad de la acusación, que acusa a Comey de mentir al Congreso durante un testimonio hace cinco años. Alegan que el fiscal estadounidense que presentó los cargos fue designado incorrectamente por Trump apenas unos días antes, lo que ensombrece aún más las motivaciones del fiscal.

Este primer paso para desestimar el caso es solo el comienzo de lo que promete ser una larga batalla legal, con un juicio actualmente programado para el 5 de enero. La defensa argumenta que las circunstancias que rodean la acusación no sólo son extraordinarias sino también indicativas de un abuso de poder legal más amplio, y señala que Trump presionó activamente a su fiscal general para que presentara cargos contra Comey, junto con otros presuntos adversarios.

En su moción, los abogados de Comey argumentan que se han violado principios fundamentales del debido proceso. Sostienen que “los funcionarios del gobierno no deberían utilizar los tribunales para castigar y encarcelar a quienes perciben como enemigos personales y políticos”. Creen que la decisión del Departamento de Justicia de continuar con el caso se debió a la hostilidad de larga data de Trump hacia Comey, especialmente después del papel de Comey en la investigación de posibles vínculos entre la campaña de Trump de 2016 y Rusia, un caso que enfureció al presidente.

La tensión entre Comey y Trump aumentó significativamente después de que Comey fuera despedido de su cargo en mayo de 2017, y ambos hombres intercambiaron duras críticas públicamente a lo largo de los años. Comey ha calificado el comportamiento de Trump de «poco ético», mientras que Trump lo ha desacreditado llamándolo «bola de baboso mentiroso» y pidiendo que Comey sea castigado por su participación en la investigación sobre Rusia.

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La defensa insiste en que el procesamiento del Departamento de Justicia parece apuntar a Comey basándose en los prejuicios personales de Trump, argumentando que ese procesamiento selectivo viola múltiples protecciones constitucionales. Aunque las mociones que alegan procesamientos vengativos a menudo fracasan, los abogados de Comey han vinculado meticulosamente los eventos que llevaron a la acusación con las demandas públicas de justicia de Trump contra Comey.

Por ejemplo, Trump hizo una publicación en Truth Social expresando su frustración por la falta de acción en cuestiones que afectan a sus oponentes, mencionando específicamente a Comey, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, y el senador demócrata Adam Schiff. Este mensaje es citado por el equipo legal de Comey como evidencia de que la acusación se basa en «un propósito discriminatorio inadmisible».

Además, la acusación formal alega que Comey engañó al Comité Judicial del Senado durante una comparecencia el 30 de septiembre de 2020, mientras respondía a preguntas del senador republicano Ted Cruz. La defensa responde que la acusación caracteriza erróneamente las declaraciones de Comey y tergiversa el contexto de las preguntas de Cruz, que esencialmente trataban de si Comey había autorizado a su adjunto, Andrew McCabe, a filtrar información a la prensa.

Además de cuestionar el fondo de la acusación, los abogados de Comey argumentan que el caso es fundamentalmente defectuoso debido al supuesto nombramiento ilegal de Halligan como fiscal federal antes de la firma de la acusación. Alegan que esta acción violó órdenes legales y sirvió para facilitar la acusación acelerada de Comey justo antes de que expirara el plazo de prescripción.

Además de estas maniobras legales, el caso contra Comey ha recibido un escrutinio más amplio ya que refleja los desafíos que enfrentan otros fiscales estadounidenses impuestos por la administración actual. Mientras tanto, los abogados de Comey también han rechazado las afirmaciones del Departamento de Justicia sobre la necesidad de que su abogado principal se haga a un lado, calificando las acusaciones de infundadas y difamatorias.

A medida que avance el proceso legal, continuará la investigación sobre las dimensiones políticas de este caso y la atención se centrará en si las acusaciones de persecución vengativa ganarán fuerza en los tribunales.



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