Se completa la evacuación militar mientras las comunidades de Alaska comienzan a recuperarse de los daños causados ​​por el tifón Halong


La evacuación de cientos de residentes de las aldeas de Alaska afectadas por los restos del tifón Halong ya ha concluido. Los funcionarios locales y los líderes comunitarios están cambiando su atención a estabilizar la infraestructura y las viviendas que han sufrido graves daños a medida que se acerca el invierno.

Las comunidades yup’ik de Kipnuk y Kwigillingok, ubicadas cerca del mar de Bering, sufrieron la mayor destrucción por la serie de tormentas que azotaron el oeste de Alaska. Los informes iniciales indican que más de una docena de comunidades sufrieron daños, pero Kipnuk y Kwigillingok se vieron especialmente afectados por una marejada ciclónica sin precedentes y el aumento del nivel del agua. Los relatos de testigos presenciales describen casas arrasadas y algunos residentes atrapados. Los fuertes vientos dejaron los edificios en desorden, lo que llevó a los socorristas a llevar a cabo rescates audaces, incluido el rescate de personas desde los tejados. Trágicamente, se perdió una vida durante las tormentas y dos personas siguen desaparecidas. Las evaluaciones preliminares muestran que aproximadamente el 90% de los edificios en Kipnuk fueron destruidos, mientras que el 35% de los edificios en Kwigillingok sufrieron daños importantes. Además, el suministro de agua dulce en Kipnuk parece estar contaminado por combustible y aguas residuales.

En respuesta a las necesidades urgentes de las comunidades afectadas, la Federación de Nativos de Alaska adoptó una resolución en su reciente convención anual pidiendo apoyo urgente y sostenido. La organización estatal, que representa al grupo más grande de nativos de Alaska, enfatizó la necesidad de que los gobiernos estatal y federal inviertan en infraestructura permanente y medidas de protección. La resolución tiene como objetivo fortalecer la cooperación con entidades tribales para garantizar el acceso equitativo a los recursos para comunidades remotas en el Mar de Bering y las regiones árticas.

A pesar de la urgencia de estas necesidades, la financiación para la resiliencia comunitaria y la reducción del riesgo de desastres ha sido objeto de escrutinio por parte de la administración Trump, y algunos esfuerzos por recortar dicha financiación enfrentan desafíos legales. Los senadores estadounidenses por Alaska Lisa Murkowski y Dan Sullivan reafirmaron su compromiso de defender la importancia de estos fondos, especialmente a la luz de las amenazas actuales de la erosión costera y el derretimiento del permafrost.

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La resolución también pide la creación de un centro de respuesta regional en Bethel, una comunidad cercana, y busca fondos para apoyar a los funcionarios de seguridad pública de la aldea en los esfuerzos de recuperación. Además, insta a las agencias gubernamentales a eliminar todas las barreras que obstaculizan las prácticas tradicionales de caza y pesca, que son esenciales para complementar el suministro de alimentos de subsistencia del que dependen muchas comunidades afectadas.

Como parte del apoyo inmediato, 65 estudiantes desplazados han comenzado sus clases en Anchorage. El Distrito Escolar de Anchorage ha estado trabajando arduamente para inscribir a niños de las comunidades afectadas y brindar servicios esenciales como suministros de emergencia, transporte y atención de salud mental. El superintendente del distrito, Jharrett Bryantt, enfatizó la importancia de crear una atmósfera de conexión y sanación para estos estudiantes, reconociendo la importancia emocional y cultural de su transición.

A medida que se acercan los meses de invierno, los funcionarios gubernamentales están movilizando personal y recursos para reparar la infraestructura dañada y ayudar con reparaciones urgentes en las viviendas. Las organizaciones tribales están coordinando los esfuerzos de rescate y rehabilitación de hogares, mientras que la Corporación de Salud Yukon-Kuskokwim participa activamente en el apoyo a los servicios de recuperación y atención médica en la región. La helada que se avecina, a medida que los cursos de agua comienzan a congelarse, añade una capa adicional de urgencia a estos esfuerzos de recuperación.

Como los refugios de Anchorage permanecen abiertos, los funcionarios aún no han fijado una fecha de cierre, centrándose en garantizar un regreso seguro a casa o encontrar alojamiento alternativo para los desplazados. La comunidad continúa atravesando esta desafiante recuperación y trabajando contrarreloj para prepararse para las duras condiciones invernales.



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