Una importante interrupción de Internet el lunes por la mañana puso de relieve la fuerte dependencia de los servicios en la nube de Amazon, ya que los usuarios sufrieron interrupciones debido a errores surgidos en la infraestructura de la empresa. Este incidente subraya las vulnerabilidades que existen dentro de un mercado cada vez más dominado por unos pocos actores importantes, lo que plantea dudas sobre la solidez de los sistemas que sustentan las operaciones diarias de Internet.
La computación en la nube permite a las empresas acceder a vastos recursos informáticos sin la carga de comprar y mantener su propio hardware. Empresas que van desde plataformas de redes sociales hasta cadenas de comida rápida dependen en gran medida de Amazon para el almacenamiento, el desarrollo de software y la implementación de aplicaciones. Según la firma de investigación de mercado Gartner, Amazon tiene más del 41% del mercado de servicios en la nube, seguido de Google y Microsoft como los siguientes mayores competidores.
A pesar de ser una piedra angular de las operaciones digitales modernas, muchos usuarios desconocen cómo funciona la computación en la nube o la distribución geográfica de los centros de datos que respaldan sus actividades en línea. La ubicación física de estos centros de datos tiene un impacto significativo en el rendimiento de Internet, ya que la proximidad afecta la velocidad y la accesibilidad. Amazon Web Services (AWS) tiene sólo cuatro centros de nube importantes en EE. UU., ubicados estratégicamente en California, Ohio, Virginia y Oregón, con el objetivo de garantizar una prestación de servicios eficiente en todo el país.
La reciente interrupción se atribuye a la región del norte de Virginia, conocida como el centro de nube más grande y antiguo a nivel nacional. Esta área, conocida como región US-East-1, maneja una cantidad asombrosa de datos en comparación con otros grupos, incluidos los de Ohio. Doug Madory, director de análisis de Internet de Kentik, destaca la concentración de servicios de TI dentro de esta región, sugiriendo que la dependencia de un recurso tan concentrado crea una vulnerabilidad en la economía y la sociedad modernas.
Amazon opera más de 100 centros de datos masivos en Virginia, ubicados principalmente en las afueras del área metropolitana de Washington, DC. Esta región establecida se ha convertido en la opción preferida para los servicios en la nube, principalmente debido a la creciente demanda de potencia de procesamiento requerida para las aplicaciones de inteligencia artificial. El desarrollo y la integración de herramientas de IA generativa han impulsado aún más la necesidad de recursos informáticos de alto rendimiento, lo que ha dado lugar a una ola de construcción de nuevos centros de datos en Estados Unidos y en todo el mundo.
Un informe reciente de TD Cowen muestra que los principales proveedores de nube alquilaron una cantidad sin precedentes de capacidad de centros de datos en el tercer trimestre fiscal, por un total de más de 7,4 gigavatios, más que el total de todo el año anterior. Este aumento refleja la creciente demanda de servicios en la nube y la continua evolución dentro de la industria, incluso cuando los riesgos asociados con dicha infraestructura concentrada se vuelven cada vez más evidentes.