La UNESCO ha identificado ocho lenguas en peligro de extinción en Japón, con especial atención en seis lenguas ryukyuan, lo que subraya la necesidad urgente de realizar esfuerzos de conservación. La profesora asociada Natsuko Nakagawa de la Facultad de Humanidades está liderando iniciativas para documentar estos idiomas, destacando su importancia cultural y lingüística.
La investigación de Nakagawa se centra en los dialectos japoneses, particularmente los dialectos Tohoku del sur y las lenguas Ryukyuan habladas en Okinawa y las islas Amami. Su trabajo actual se centra en el yaeyaman, el idioma de la isla Taketomi, una de las zonas más remotas de Japón. Las lenguas ryukyuanas son distintas del japonés estándar y exhiben variaciones significativas en gramática, vocabulario y pronunciación, lo que ha llevado a los lingüistas a defender su clasificación como lenguas independientes en lugar de meros dialectos.
En su metodología de investigación, Nakagawa lleva a cabo un trabajo de campo lingüístico tradicional, recopilando datos de primera mano de hablantes locales. Prepara preguntas para obtener respuestas en dialecto y graba audio y video de las conversaciones. Sin embargo, ahora está considerando un enfoque más informal, que permita a las personas compartir sus historias de forma natural, lo que puede revelar las complejidades del uso cotidiano del lenguaje.
Desafortunadamente, el futuro de la lengua yaeyaman está en peligro, clasificada por la UNESCO como “en peligro crítico” debido a su declive entre las generaciones más jóvenes. Muchos hablantes tienen ahora setenta u ochenta años y el uso del idioma ha disminuido significativamente, especialmente entre los niños, que a menudo hablan japonés. A pesar de las tendencias alarmantes, hay un rayo de esperanza ya que algunos miembros de la comunidad están tratando activamente de aprender estos idiomas y varias iniciativas fomentan el uso de dialectos locales.
Para proteger estas lenguas, Nakagawa enfatiza la importancia de la participación comunitaria. Trabajando con personas locales, ha creado recursos educativos como libros ilustrados basados en cuentos populares regionales y ha organizado eventos de lectura que celebran la cultura local. La competencia Teedun Muni en la isla Taketomi en particular involucra a jóvenes oradores, mostrando sus habilidades lingüísticas y promoviendo el orgullo por su herencia.
Según Nakagawa, preservar los dialectos es crucial porque transmiten identidad cultural, historia local y sabiduría tradicional. Ella cree que todos tienen derecho a hablar su idioma sin estigma y que una documentación completa facilitará el aprendizaje y uso futuro.
Al integrar la tecnología digital en su investigación, Nakagawa explora el potencial de las humanidades digitales para mejorar los estudios de idiomas. Este campo interdisciplinario combina tecnología con lingüística para hacer que los datos sean más accesibles y manejables. Las innovaciones en inteligencia artificial y metodologías digitales permiten a los investigadores analizar de manera eficiente conjuntos de datos masivos, lo que permite documentar y estudiar de manera efectiva incluso características lingüísticas complejas.
De cara al futuro, Nakagawa quiere colaborar en múltiples disciplinas, utilizando la IA para comprender mejor los mecanismos del lenguaje. Su visión incluye profundizar las conexiones con las comunidades locales, capturar sus historias y utilizar herramientas digitales para preservar y compartir sus recursos culturales para las generaciones futuras.