Un estudio reciente de cinco décadas de datos bursátiles estadounidenses encontró que las empresas más sensibles a los cambios de temperatura a menudo están sobrevaluadas y ofrecen rendimientos decepcionantes. La investigación, publicada en la revista ciencias de la gestiónintroduce una nueva medida de «sensibilidad a la temperatura», que evalúa cómo las variaciones de temperatura afectan los rendimientos de las acciones.
La investigación fue dirigida por un equipo internacional, que incluía investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter. Compararon sistemáticamente las desviaciones de las temperaturas locales con respecto a los promedios a largo plazo con el desempeño de las acciones a nivel de empresa, revelando importantes conocimientos sobre la relación entre la variabilidad climática y la rentabilidad corporativa.
Los hallazgos indican que las empresas que son particularmente vulnerables a los cambios de temperatura a menudo adoptan estrategias comerciales más riesgosas y logran una menor rentabilidad, a pesar de los precios inflados de las acciones. Esta discrepancia sugiere que los impactos financieros del cambio climático a menudo están infravalorados. Curiosamente, los inversores locales parecen ser más hábiles a la hora de valorar los riesgos climáticos que sus homólogos no locales. Además, los analistas bursátiles del lado vendedor tienden a juzgar mal el impacto de los cambios de temperatura, lo que resulta en pronósticos de ganancias menos precisos para empresas altamente sensibles.
Una estrategia de inversión práctica que surge del estudio apunta a ganancias potenciales: al comprar acciones de empresas que se ven menos afectadas por las fluctuaciones de temperatura y vender en corto empresas que se ven más afectadas, los inversores podrían obtener un rendimiento anualizado ajustado al riesgo del 4,1% durante el período de 52 años del estudio.
El profesor Chendi Zhang, un colaborador clave del estudio, señaló la sorprendente brecha en la cuantificación sistemática del impacto económico de la temperatura en las empresas individuales, en medio del creciente diálogo sobre el cambio climático y las emisiones de carbono. La medida de sensibilidad a la temperatura del estudio llena este vacío y proporciona una herramienta valiosa para los inversores y formuladores de políticas que buscan evaluar de manera más efectiva los riesgos financieros relacionados con el clima.
Esta investigación subraya la necesidad de una reevaluación de los métodos de valoración tradicionales, ya que es posible que no tengan en cuenta plenamente el impacto directo de los cambios de temperatura inducidos por el clima en el desempeño de las empresas, a pesar del creciente interés de los inversores en la sostenibilidad y la resiliencia climática.