La economía de China está creciendo a su ritmo anual más lento en más de un año en medio de tensiones comerciales y una débil demanda interna.


La economía de China está mostrando signos de desaceleración del crecimiento, expandiéndose un 4,8% entre julio y septiembre, el ritmo más débil desde el tercer trimestre de 2024. Esta caída se produce en medio de tensiones comerciales en curso con Estados Unidos y una demanda interna más débil. El gobierno informó que el crecimiento había caído desde el 5,2% del trimestre anterior. De enero a septiembre, la economía de China aún logró una tasa de crecimiento anual del 5,2%.

A pesar de los desafíos de los aranceles estadounidenses, que han aumentado sobre varias importaciones procedentes de China, las exportaciones del país se han mantenido sólidas, especialmente en los mercados fuera de Estados Unidos. Sin embargo, las exportaciones a Estados Unidos experimentaron una fuerte caída, cayendo un 27% en septiembre en comparación con el año anterior. En general, las exportaciones mundiales de China alcanzaron un crecimiento del 8,3%, su máximo en seis meses, respaldadas por un aumento significativo en las exportaciones de vehículos eléctricos, que se duplicaron año tras año. Las ventas nacionales de turismos también aumentaron un 11,2% en septiembre, aunque se trata de una desaceleración con respecto al aumento del 15% en agosto.

Mientras persisten las tensiones entre Beijing y Washington, se cierne la incertidumbre sobre una posible reunión entre el presidente Trump y el líder chino Xi Jinping en una próxima cumbre regional. Este telón de fondo político coincide con una de las reuniones políticas anuales más importantes de China, donde Xi y el gobernante Partido Comunista delinearán los objetivos de política económica y social para los próximos cinco años.

La desaceleración del crecimiento se atribuyó en parte a los esfuerzos del gobierno por frenar la agresiva competencia de precios en la industria automotriz, que enfrenta problemas de exceso de capacidad. Además, el sector inmobiliario de China ha atravesado una desaceleración prolongada, lo que ha tenido un impacto negativo en el consumo y la demanda general. Estadísticas recientes muestran una disminución del 7,6% en el valor de las ventas de viviendas durante el período enero-septiembre en comparación con el mismo período del año pasado.

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En una nota más positiva, la producción industrial aumentó un 6,5% interanual el mes pasado, lo que representa el crecimiento más rápido desde junio. Por el contrario, el crecimiento de las ventas minoristas se ha desacelerado significativamente a sólo el 3%, lo que subraya tendencias preocupantes en el gasto de los consumidores. La agencia de calificación S&P predice una nueva caída en las ventas de viviendas nuevas, estimando una caída del 8% en 2025 y una caída del 6% al 7% en 2026. Según el Banco Mundial, se espera que el crecimiento económico anual de China se estabilice en el 4,8% para el año en curso, mientras que el gobierno ha fijado un objetivo de crecimiento de alrededor del 5%.

El mercado de valores chino respondió positivamente: el índice Hang Seng de Hong Kong ganó un 2,3% y el índice compuesto de Shanghai un 0,5%. Un portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas señaló que a pesar de los desafíos externos -incluidas las disputas comerciales y el creciente proteccionismo global- China tiene una «base sólida» para lograr su objetivo de crecimiento para todo el año.

Los analistas de ING Bank sugieren que el desempeño de China en la primera mitad del año proporciona un colchón para lograr este objetivo. Sin embargo, la confianza del consumidor sigue siendo tibia, como lo demuestra el modesto gasto durante la reciente Semana Dorada, un período importante para el sector minorista. La inversión en activos fijos, que cayó un 0,5% el último trimestre, pone de relieve aún más la debilidad de la demanda interna.

Hay indicios de que el gobierno chino podría tomar medidas adicionales para impulsar el consumo y reactivar el mercado inmobiliario en dificultades. Los economistas también esperan posibles recortes de las tasas del banco central antes de fin de año para alentar el gasto y la inversión. De cara al futuro, los expertos indican que las perspectivas económicas podrían seguir debilitándose en 2026, especialmente si las tendencias de inversión inmobiliaria continúan y el crecimiento impulsado por el reciente auge de la IA comienza a desacelerarse.



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