El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó el domingo al Aeropuerto Internacional de Palm Beach con protocolos de seguridad reforzados después de un descubrimiento preocupante por parte del Servicio Secreto. Las autoridades dijeron que el viernes se identificó un presunto nido de francotiradores, ubicado dentro de la vista clara del área de embarque y salida del Air Force One.
El director del FBI, Kash Patel, confirmó los hallazgos y reveló que los agentes descubrieron una aparente posición de caza elevada a unos 200 metros de donde estaba estacionado el avión presidencial. En particular, la estructura se colocó para proporcionar una línea de visión sin obstáculos hacia la zona de aterrizaje del Air Force One. Afortunadamente, no había personas presentes en el lugar cuando se identificó la estructura.
En respuesta a esta grave violación de seguridad, el FBI se ha hecho cargo de la investigación, utilizando sofisticados equipos y herramientas de recopilación de pruebas. “Desde entonces, el FBI ha tomado la iniciativa en la investigación, desplegando recursos para recopilar todas las pruebas en el lugar y desplegando nuestras capacidades de análisis de teléfonos móviles”, dijo Patel. Las autoridades confirmaron que no había explosivos ni municiones dentro o alrededor de la estructura, pero la amenaza potencial llevó a una revisión inmediata de las medidas de seguridad en el aeropuerto.
Debido a la construcción en curso en el aeropuerto, el estacionamiento típico del Air Force One se había trasladado más cerca de un área de aviación privada, lo que inadvertidamente aumentó su visibilidad desde el puesto del presunto francotirador. Hasta el momento no se han realizado arrestos y la investigación aún se encuentra en sus primeras etapas.
Este incidente sigue un patrón inquietante de amenazas contra Trump, especialmente durante los últimos dos años. Sólo el año pasado enfrentó dos intentos de asesinato. El primero tuvo lugar en un mitin de campaña en Butler, Pensilvania, donde agentes del Servicio Secreto neutralizaron a un sospechoso armado. Un segundo intento ocurrió mientras Trump jugaba golf en West Palm Beach dos meses después, lo que resultó en el arresto del pistolero, identificado como Ryan Wesley Routh.
Mientras continúa la investigación, las autoridades permanecen alerta para garantizar la seguridad del presidente y reevaluar los procedimientos de seguridad del aeropuerto.