Marte ha fascinado a los investigadores durante décadas, especialmente con sus misteriosas trincheras excavadas en las dunas de arena del planeta. Inicialmente ligadas al flujo de agua, estas formaciones largas y estrechas ahora están atrayendo la atención por otra razón: el hielo seco. Investigaciones recientes sugieren que el hielo de dióxido de carbono, o hielo seco, puede desempeñar un papel importante en la configuración de estas formas inusuales de relieve, desafiando suposiciones previas sobre la historia geológica de Marte.
Cuando los rovers de la NASA identificaron por primera vez los barrancos, muchos científicos pensaron que indicaban la presencia de agua líquida, que parecía lechos de ríos grabados por corrientes de agua. Sin embargo, el frío extremo en Marte, donde las temperaturas invernales pueden bajar a -190°F (-123°C), hizo que la existencia de agua líquida fuera muy improbable. Esto llevó a los investigadores a buscar explicaciones alternativas para los orígenes de estas enigmáticas características.
La Dra. Lonneke Roelofs, científica terrestre de la Universidad de Utrecht, jugó un papel crucial en desentrañar este misterio de Marte. En su innovadora investigación publicada en Cartas de investigación geofísica.Roelofs y su equipo han creado simulaciones de laboratorio que imitan las condiciones de Marte para observar cómo se comporta el hielo de CO₂ en tales condiciones. Sus hallazgos revelaron un proceso notable en el que la sublimación del CO₂ sólido genera gas que da forma al paisaje marciano.
En sus simulaciones, los investigadores observaron que cuando el CO₂ sólido se convertía directamente en gas, generaba una presión significativa debajo del hielo. Esta presión resultó en una fuerza poderosa que aflojó la arena alrededor de los bloques de hielo, abriendo efectivamente trincheras en el terreno. El estudio imita el efecto de una excavadora del hielo seco en Marte, donde la sublimación crea una especie de fuerza explosiva que permite que el hielo se deslice por las laderas de las dunas.
Los cambios estacionales en Marte juegan un papel crucial en este fenómeno geológico. Durante el invierno, el CO₂ se congela formando una gruesa capa de hielo seco, especialmente en las zonas sombreadas de las dunas. A medida que llega la primavera y aumentan las temperaturas de la superficie, este CO₂ congelado comienza a sublimarse hasta convertirse en gas. Los últimos trozos de hielo que quedan en las áreas sombreadas pueden romperse y caer, facilitando la formación de trincheras a medida que estos bloques ruedan y se deslizan.
Al simular estas condiciones en una cámara confinada en la Open University de Milton Keynes, Reino Unido, el equipo de investigación demostró que la liberación de bloques de hielo seco en las pendientes en el ángulo correcto provocaba una importante excavación de zanjas. La estudiante de maestría Simone Visschers describió el fenómeno y comparó los bloques de hielo con «topos excavadores» o «gusanos de arena» mientras tallaban patrones profundos en la superficie de la arena.
Esta investigación tiene implicaciones más amplias que se extienden más allá de la geología de Marte. Desafía los marcos geológicos existentes y sugiere que la atmósfera única de Marte y sus temperaturas extremas crean condiciones muy diferentes a las de la Tierra. Roelofs enfatizó que la investigación de procesos geológicos en otros planetas alienta a los científicos a reconsiderar las perspectivas convencionales basadas en la Tierra, ofreciendo potencialmente nuevos conocimientos aplicables a nuestro propio planeta.
En conclusión, el estudio de las trincheras de Marte sirve no sólo para mejorar nuestra comprensión del Planeta Rojo, sino también para ampliar las historias geológicas que dan forma a nuestro conocimiento de la Tierra. Al investigar estos procesos únicos en Marte, los investigadores esperan estimular nuevas investigaciones sobre los fenómenos naturales que ocurren en nuestro planeta de origen. Las revelaciones que están surgiendo son un sorprendente recordatorio del valor de mirar más allá de nuestro propio mundo para comprender las complejidades de la ciencia planetaria.