El reciente 250 aniversario de la Infantería de Marina de los Estados Unidos en Camp Pendleton, en el condado de San Diego, ha provocado un acalorado intercambio entre el gobernador de California, Gavin Newsom, y la Casa Blanca. El evento, titulado “America’s Marines 250: From Sea to Shore: A Review of Amphibious Strength”, contó con una variedad de actuaciones, incluida una demostración con fuego real a la que asistió el vicepresidente J.D. Vance.
Como parte de los preparativos del evento, Newsom anunció que una parte de la Interestatal 5 se cerraría temporalmente, citando preocupaciones de seguridad por el uso de munición real durante la celebración. Criticó la exhibición militar como “peligrosa” y “una demostración de fuerza absurda”, advirtiendo que los conductores deben anticipar retrasos en las rutas locales en el sur de California.
Los comentarios de Newsom recibieron una dura respuesta de la Casa Blanca, que intentó desestimar sus afirmaciones por considerarlas infundadas. La cuenta de Respuesta Rápida de la Casa Blanca recurrió a las redes sociales y acusó a Newsom de difundir información errónea. «Newscum está mintiendo», tuiteó la cuenta, afirmando que tomó la decisión de cerrar la carretera de forma independiente y que ni los Marines ni la Casa Blanca tuvieron ningún papel en la decisión. Hicieron hincapié en que la Infantería de Marina no había planteado ningún problema de seguridad pública con respecto a los ejercicios.
Refiriéndose a la situación como un «desfile de vanidad», Newsom había criticado previamente el manejo del evento por parte de la administración Trump. Destacó los peligros potenciales asociados con operar en una carretera importante durante ejercicios militares en curso, afirmando que el sentido común dictaba la necesidad de tomar precauciones. Señaló: “No es seguro para las personas conducir a alta velocidad en una carretera importante directamente debajo de MUNICIÓN VIVA”. Newsom acusó además a la Casa Blanca de no comunicarse eficazmente y de poner en peligro la seguridad pública.
En un continuo tira y afloja, la Casa Blanca respondió con nuevas declaraciones reiterando que el Cuerpo de Marines había planeado importantes medidas de seguridad para el evento. Esto incluyó evaluaciones exhaustivas de riesgos y la presencia de servicios de emergencia para garantizar la seguridad de los participantes, que se esperaba que superasen los 15.000. La Infantería de Marina afirmó que no se cerrarían las vías públicas.
Las tensiones entre Newsom y la administración Trump aumentaron aún más a principios de esta semana cuando el gobernador caracterizó el aniversario como una muestra de arrogancia en lugar de respeto genuino por los militares. Sus críticas incluyeron llamados a priorizar la compensación de las tropas sobre lo que él consideraba un espectáculo. En respuesta, William Martin, asistente especial del presidente, calificó los comentarios de Newsom como «noticias completamente falsas» y aclaró que la administración estaba comprometida a apoyar al personal militar.
Mientras ambas partes seguían defendiendo sus posiciones a través de las redes sociales, quedó claro que las implicaciones políticas de este evento se extienden más allá de la mera logística, reflejando las actuales divisiones dentro del partido y las complejidades que rodean la gestión de las celebraciones militares.