El Louvre de París fue cerrado abruptamente el domingo después de informes de un allanamiento, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad de la icónica institución. La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, confirmó el incidente a través de X, afirmando que se había producido un robo en horas de la mañana mientras el museo se preparaba para abrir sus puertas a los visitantes.
Dati aseguró al público que no hubo heridos en el incidente e indicó que ella estaba presente en el lugar, junto con personal del museo y policía local. Sin embargo, aún son escasos los detalles sobre la naturaleza del robo, ya que el museo aún no ha emitido ninguna declaración adicional.
Según una fuente cercana a la investigación, citada por la AFP, al menos una persona logró acceder al recinto del museo. Los relatos de los testigos sugirieron que los ladrones podrían haber estado armados con pequeñas motosierras y haber llegado en una scooter. Según los informes, utilizaron un montacargas para llegar a zonas restringidas, donde apuntaban a objetos de valor.
Los primeros informes indican que los ladrones se llevaron las joyas, aunque aún se estima el valor total de los artículos robados. Actualmente, las autoridades están investigando los protocolos de seguridad vigentes en uno de los museos de arte más grandes y famosos del mundo, que cuenta con casi 73.000 metros cuadrados de espacio expositivo.
El incidente plantea dudas sobre la seguridad de los museos y la seguridad de las obras de arte y artefactos de valor incalculable que atraen a millones de visitantes cada año. Conocido por su extensa colección, que incluye la Mona Lisa y la Venus de Milo, el Louvre atrae a amantes del arte y turistas de todo el mundo, lo que subraya la importancia de garantizar un entorno seguro dentro de sus muros.