Un descubrimiento arqueológico innovador en Aylesbury, Inglaterra, ha cautivado a la comunidad científica. Oxford Archaeology ha revelado un huevo de la época romana que se ha conservado notablemente bien durante unos 1.700 años y que aún contiene su contenido líquido original. Este espécimen, llamado huevo de Aylesbury, destaca por ser el único espécimen intacto conocido de este tipo en todo el mundo.
El descubrimiento tuvo lugar durante una excavación en Buckinghamshire, donde se encontró el huevo junto con otros artefactos como cerámica, zapatos de cuero y huesos de animales. Edward Biddulph, de Oxford Archaeology, enfatizó la rareza de tales hallazgos y señaló que, si bien a menudo se descubren trozos de cáscara de huevo, los huevos intactos son extraordinarios. De los cuatro huevos desenterrados, sólo uno permaneció intacto, mientras que los demás se rompieron y emitieron un fuerte olor sulfúrico.
En un giro sorprendente, la científica de materiales y conservadora Dana Goodburn-Brown propuso una micro-CT para evaluar la estructura interna del huevo. La exploración, realizada en la Universidad de Kent, reveló una sorpresa sorprendente: el huevo todavía contenía líquido, formado por una combinación de yema y clara. Según Biddulph, los contenidos internos se habían fusionado a lo largo de los siglos.
La conservación de este huevo es particularmente notable. A diferencia de los especímenes momificados de regiones áridas, el huevo de Aylesbury sobrevivió porque fue enterrado en un pozo de malta y elaboración de cerveza cerca de una calzada romana. Las condiciones húmedas y saladas y la falta de oxígeno en este ambiente probablemente ayudaron a prevenir la descomposición. Biddulph describió el pozo como «una zona húmeda», y la presencia de una cesta tejida, posiblemente utilizada para el pan, sugiere un significado ritual, posiblemente vinculado a la fertilidad o a prácticas religiosas. La revista Archaeology News Online informó que ahora se cree que esta reliquia es el único huevo romano intacto de Gran Bretaña y posiblemente el más antiguo del mundo que retiene líquido.
El huevo de Aylesbury se encuentra ahora bajo el cuidado del Museo de Historia Natural de Londres, donde especialistas en conservación están evaluando el mejor curso de acción para su conservación. Douglas Russell, curador principal de huevos y nidos de aves del museo, señaló que si bien hay especímenes más antiguos con materiales internos, este caso de preservación natural podría ser el más antiguo. Los expertos tienen la esperanza de poder hacer un pequeño agujero en el caparazón para extraer el contenido de forma no destructiva para su posterior análisis.
Goodburn-Brown describió el descubrimiento como “uno de los hallazgos arqueológicos más interesantes y desafiantes para investigar y conservar”, y lo calificó como un punto destacado de sus 40 años de carrera. El artefacto se encuentra actualmente en el Museo Discover Bucks y espera más investigaciones, que pueden proporcionar información sobre el ave que puso el huevo y dar una idea de la vida de los romanos en Gran Bretaña.