El ejército estadounidense está atravesando una transformación significativa en sus procesos de adquisiciones a medida que crece la urgencia de racionalizar las operaciones en medio de los desafíos bélicos actuales. Durante un discurso reciente en la reunión anual de la Asociación del Ejército de los Estados Unidos en Washington, el Secretario del Ejército Dan Driscoll enfatizó la urgente necesidad de innovación para mejorar las capacidades militares, afirmando: “No podemos esperar para innovar hasta que los estadounidenses estén muriendo en el campo de batalla”.
Driscoll, que asumió el cargo en febrero, ha pedido una importante revisión de los mecanismos de adquisiciones del ejército para reducir la dependencia de las principales empresas de defensa. En sus comentarios, articuló una visión para adoptar un enfoque al estilo de Silicon Valley, integrando innovación rápida, participación de capital de riesgo y una cultura de startups en las adquisiciones militares. Expresó su intención de “perturbar completamente el sistema que ha frenado a los militares durante décadas” e indicó que los cambios se anunciarían en unas semanas.
En sus comentarios, Driscoll criticó la inercia de los contratistas de defensa tradicionales, incluidos actores importantes como Lockheed Martin y Boeing, y citó fallas pasadas en el cumplimiento tanto de los requisitos de la misión actual como de las necesidades militares a largo plazo. Habló de la “erosión” de las herramientas esenciales disponibles para los soldados, vinculando esta insuficiencia a un sistema de adquisiciones que se centraba más en los intereses de los principales que en la eficacia de los soldados. Driscoll expresó además su deseo de que uno de los mayores contratistas de defensa desaparezca de este sistema, afirmando que volverse más ágil es la clave para ganar conflictos futuros.
Históricamente, los principales proyectos de desarrollo de armas, como el programa F-35 de Lockheed Martin, han experimentado importantes retrasos y sobrecostos. Los informes de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos indican que el proyecto del F-35 está “retrasado por más de una década y supera en 165 mil millones de dólares los planes originales”. Estos reveses ponen de relieve las ineficiencias inherentes al marco de adquisiciones, que ha dependido en gran medida de un puñado de grandes contratistas desde la Guerra Fría.
Mientras Driscoll impulsa un cambio hacia un modelo de adquisiciones más favorable a las empresas emergentes, los expertos señalan que el sector de defensa puede estar más abierto a nuevos participantes, especialmente en las áreas de software y drones prescindibles, donde las barreras de entrada son más bajas. Esto se refleja en el continuo apoyo militar a Ucrania, que ha utilizado con éxito tecnologías innovadoras, incluidos pequeños drones, para aumentar sus capacidades de defensa contra adversarios más grandes.
A pesar del entusiasmo por integrar las nuevas empresas en el panorama de la defensa, persisten los desafíos. Comentaristas como Jerry McGinn del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales advierten que si bien las nuevas empresas pueden contribuir a la innovación, las actuales carecen de la experiencia y las capacidades de fabricación necesarias para satisfacer necesidades militares complejas. El equilibrio entre aprovechar las nuevas tecnologías y mantener la colaboración con las empresas de defensa tradicionales será fundamental para garantizar la preparación del ejército.
Las estrategias de adquisiciones gubernamentales probablemente evolucionarán en respuesta a los pedidos de Driscoll’s de soluciones más eficientes y centradas en la tecnología. Las asociaciones entre las principales empresas de defensa y las empresas de tecnología innovadora pueden ayudar a cerrar las brechas de capacidad y, al mismo tiempo, proporcionar a los militares sistemas avanzados más rápidamente.
A medida que los líderes militares de los países aliados expresan interés en prácticas de adquisiciones más flexibles, el compromiso del ejército estadounidense con la modernización podría sentar un precedente para las estrategias de defensa en todo el mundo. Los comentarios de Driscoll marcan un punto de inflexión en las adquisiciones militares, cuyo objetivo es promover un marco de defensa más receptivo y flexible capaz de afrontar las complejidades de la futura guerra moderna.