En una importante escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, las fuerzas rusas han anunciado la captura de tres aldeas en las regiones de Dnipropetrovsk y Kharkiv de Ucrania. Este acontecimiento es particularmente sorprendente dado el hecho de que estas áreas fueron recapturadas por las fuerzas ucranianas durante una campaña de contraofensiva hace tres años.
Según se informa, las aldeas de Pishchane y Tykhe en Jarkov, junto con Pryvillia en Dnipropetrovsk, están ahora bajo control ruso, según confirmó el mando militar de Moscú. Estos últimos acontecimientos se producen en el contexto de combates prolongados e intensos en el este de Ucrania, donde la lucha por pequeños asentamientos ha resultado costosa y destructiva. Los grandes daños causados desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022 han dejado muchas de estas zonas en gran medida abandonadas, y los enfrentamientos han provocado una pérdida importante tanto de vidas humanas como de recursos militares.
Para 2022, Ucrania había logrado recuperar una parte significativa de la región de Jarkov, incluida Pishchane, lo que obligó a Rusia a imponer el servicio militar obligatorio (el primero desde la Segunda Guerra Mundial) en respuesta a las pérdidas territoriales. El actual avance ruso parece tener como objetivo rodear Kupiansk, un centro logístico clave que marcó una importante victoria para las fuerzas ucranianas durante la contraofensiva del año pasado.
El impacto humanitario del conflicto actual ha sido devastador, con decenas de miles de vidas perdidas y millones de desplazados en todo el este de Ucrania. Los informes indican que el mismo día en que la aldea fue capturada, tuvo lugar un trágico incidente en la parte de Kherson ocupada por los rusos, en el que dos adultos y un niño de diez años murieron durante un intenso bombardeo de una zona residencial, como lo describió el gobernador oficial nombrado por Moscú. Mientras tanto, funcionarios ucranianos informaron que una persona murió y otras catorce resultaron heridas como resultado del bombardeo ruso en partes de Kherson controladas por Ucrania.
Además, en una escalada más amplia de acciones militares, Rusia llevó a cabo durante la noche un ataque con drones en el que participaron 70 vehículos aéreos no tripulados. Esto ocurrió poco después de una conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que se discutió la posibilidad de planificar una nueva cumbre. El ejército ruso afirmó que había interceptado con éxito 61 drones, principalmente en sus territorios occidentales y en la península ocupada de Crimea.
A medida que las tensiones continúan aumentando, se espera que en las próximas semanas se produzcan nuevos acontecimientos en el conflicto, que tendrán consecuencias importantes no sólo para la estrategia militar, sino también para las terribles condiciones humanitarias en la región.