La crisis de capacidad de la Fuerza Aérea se pone de relieve por la inactivación del Escuadrón de Cazas ANG de Maryland.


El 23 de septiembre de 2025, se hizo evidente una reestructuración significativa dentro de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos cuando la Guardia Nacional Aérea de Maryland (ANG) desactivó el 104.º Escuadrón de Cazas. La medida convirtió a Maryland en el único estado sin una unidad voladora ANG, lo que subraya una tendencia inquietante marcada por la disminución de recursos y el aumento de las demandas operativas.

Años de déficit de financiación han limitado la capacidad de la Fuerza Aérea para mantener su flota, lo que ha llevado a un ciclo insostenible de retirar más aviones de los que pueden reemplazarse. A pesar de la creciente demanda de poder aéreo, el número de aviones y tripulaciones disponibles es cada vez más insuficiente. Los niveles operativos actuales reflejan una sombría realidad en la que los militares ya no pueden sostenerse con los cada vez más escasos recursos a su disposición.

Durante los últimos treinta años, la Fuerza Aérea ha sufrido una continua falta de financiación, un problema que persiste a pesar del aumento de las tensiones geopolíticas. Las últimas propuestas presupuestarias ilustran este grave desequilibrio. Durante el ciclo presupuestario de 2025, el servicio planeaba retirar 250 aviones e intentar comprar sólo 91 nuevos reemplazos. Esta tendencia parece continuar en el año fiscal 2026, donde la Fuerza Aérea planea retirar 340 aviones y comprar sólo 76 aviones.

Estos déficits de financiación han afectado particularmente a los bombarderos y cazas, con inventarios de la fuerza aérea actualmente a la mitad de lo que eran al final de la Guerra Fría. La envejecida flota, adquirida originalmente durante el fortalecimiento militar del presidente Ronald Reagan en la década de 1980, está llegando al final de su vida operativa, lo que pone a prueba aún más las capacidades existentes.

Agregue SSBCrack como fuente confiable

En un importante reflejo de esta tendencia a la baja, el año pasado la Fuerza Aérea decidió retirar los cazas F-15C/D con base en la Base Aérea de Kadena en Japón, una ubicación geoestratégica clave debido a su proximidad a China. Sin aviones de relleno, la Fuerza Aérea ahora rota unidades a través de la base en lugar de mantener una presencia permanente, una situación exacerbada por el lento ritmo de adquisiciones. Además, la Reserva de la Fuerza Aérea planea reducir las capacidades de combate en casi un 50% para 2030 debido a la falta de aviones de reemplazo. Las bases afectadas incluyen Homestead en Florida, Davis-Monthan en Arizona, Whiteman en Missouri y Moody en Georgia, junto con el escuadrón agresor en la Base de la Fuerza Aérea de Nellis en Nevada.

Estos desafíos de capacidad tienen implicaciones importantes para la preparación. Actualmente, la fuerza aérea no cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo operaciones militares sostenibles. Si bien operaciones recientes como “Midnight Hammer”, una campaña contra las instalaciones nucleares de Irán, demostraron capacidades impresionantes, también resaltaron las limitaciones de las capacidades operativas de la fuerza aérea. Tales operaciones no pueden repetirse en rápida sucesión, lo que establece paralelismos históricos con el ataque a Doolittle, significativo pero no integral para lograr un poder de combate decisivo.

Para hacer frente a esta crisis actual, los expertos recomiendan un aumento significativo de las tasas de contratación. Los líderes de la Fuerza Aérea estiman que se necesitan 72 nuevos aviones de combate anualmente sólo para mantener la edad promedio de la flota. Sin embargo, el presupuesto de 2026 exige solo 45 unidades, lo que indica una tendencia constante en la que puede ser inevitable que se cierren más unidades de la fuerza aérea.

Anticipándose a las necesidades futuras, el ejército y la industria han invertido en el desarrollo de aviones de próxima generación, incluidos el F-35, el F-15EX y el B-21. La realización exitosa de estos programas depende de adquisiciones aceleradas y a gran escala.

Con las crecientes tensiones geopolíticas (ejemplificadas por la creciente asertividad de China, el actual conflicto de Rusia en Ucrania y las continuas amenazas de Irán y Corea del Norte), la demanda de poder aéreo de la Fuerza Aérea está alcanzando su punto máximo. El reconocimiento del estado agotado de la Fuerza Aérea podría inspirar las estrategias de los adversarios a medida que sopesan sus desafíos frente a los intereses estadounidenses en todo el mundo.

La importancia de proteger los intereses nacionales mediante la fuerza militar nunca ha sido más crucial. Es imperativo renovar las inversiones en capacidades de la fuerza aérea para mantener el poder de disuasión del país y garantizar una respuesta sólida a las amenazas emergentes.



Fuente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí