El comandante general de la 25.ª División de Infantería del ejército estadounidense ha subrayado la urgente necesidad de que el ejército estadounidense adquiera drones de largo alcance rápidos, baratos y adaptables, similares a los sistemas rusos de estilo Shahed. El general enfatizó que Rusia ha hecho un uso efectivo de los drones Geran de fabricación nacional, que son esencialmente una adaptación de los drones Shahed de Irán. Estas municiones merodeadoras han llamado la atención porque están desplegadas en grandes cantidades y permiten ataques nocturnos contra Ucrania, además de las municiones guiadas con precisión.
En estas operaciones, los rusos también utilizan drones señuelo como el Gerbera, lo que complica las estrategias de defensa de sus oponentes. El general de división Jay Bartholomees dijo en la reunión anual de la Asociación del Ejército de EE. UU. que Estados Unidos está rezagado en capacidades de detección y ataque de largo alcance. Hizo hincapié en que los drones similares al Shahed no sólo son eficaces, sino también rentables y relativamente fáciles de montar, cualidades que serían beneficiosas para las fuerzas estadounidenses y sus aliados en la región del Indo-Pacífico.
Según Bartholomees, estos drones de ataque unidireccionales de bajo costo podrían plantear desafíos importantes a los sistemas de defensa aérea en distancias significativas, alcanzando potencialmente hasta 1.000 millas dependiendo de su configuración. Pidió un desarrollo acelerado de tales capacidades y abogó por probarlas en el teatro del Indo-Pacífico, alentando la cooperación con aliados y socios para fortalecer las medidas defensivas colectivas.
Actualmente, los soldados de la 25.ª División de Infantería están recibiendo capacitación en la operación y mantenimiento de varios tipos de drones, incluidos drones cuadricópteros avanzados con vista en primera persona. La rentabilidad de los drones rusos Geran les ha permitido llevar a cabo ataques a gran escala en ciudades ucranianas, con la variante Geran-2 capaz de volar a velocidades de 115 mph y transportar una carga explosiva de casi 90 libras. En particular, Rusia ha adaptado estos drones, lo que ha dado como resultado una variante a reacción conocida por los ucranianos como Geran-3, aumentando aún más su velocidad y letalidad.
Aunque a principios de este año se presentó en el Pentágono una versión de un dron Shahed, Estados Unidos aún no ha desplegado nada en esa categoría. Sin embargo, el Ejército es optimista sobre su capacidad para cerrar rápidamente la brecha tecnológica. Bartholomees expresó su confianza en que las lecciones aprendidas del conflicto en Ucrania podrían facilitar un rápido progreso. Unidades como la recién formada compañía de valores del Ejército dentro de la 25.ª ID están innovando y experimentando con diferentes capacidades de drones.
Aunque actualmente los soldados están desarrollando drones unidireccionales de ala fija, lograr el alcance deseado sigue siendo un desafío. El ejército se encuentra en una fase de transición mientras se esfuerza por adaptarse a nuevas formas de guerra, especialmente aquellas que involucran pequeños aviones no tripulados. A diferencia de Ucrania, Estados Unidos no está actualmente inmerso en un conflicto a gran escala, lo que plantea desafíos para el aprendizaje en tiempo real.
Sin embargo, el compromiso del Ejército de integrar la tecnología de drones promueve un entorno innovador y de ritmo rápido en el que los soldados adquieren experiencia práctica en la construcción, reparación, operación y modificación de sistemas de drones. También se espera que la colaboración con socios de la industria de defensa acelere el progreso en el desarrollo de drones. Además, las capacidades de guerra electrónica y contra drones se han identificado como prioridades críticas para futuros enfrentamientos militares, lo que destaca la necesidad de una preparación integral a medida que el panorama bélico continúa evolucionando.