En una escalada significativa de la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela, el presidente Donald Trump anunció el miércoles que había autorizado operaciones encubiertas de la CIA contra la nación sudamericana. El anuncio se realizó durante una conferencia de prensa en la Oficina Oval, donde Trump enfatizó que estas acciones eran parte de una iniciativa más amplia para combatir el narcotráfico, atribuyendo la actual crisis al supuesto papel del presidente Nicolás Maduro como jefe de lo que llamó un régimen «narcoterrorista».
Durante la sesión informativa, Trump enfrentó preguntas directas sobre si le había dado a la CIA la autoridad para llevar a cabo un intento de asesinato contra Maduro. En una respuesta un tanto evasiva, descartó la pregunta calificándola de «ridícula», aunque reconoció que las implicaciones de tal pregunta eran serias. Su negativa a dar una respuesta clara ha alimentado la especulación sobre la posibilidad de acciones encubiertas contra el líder venezolano.
Los comentarios del presidente siguen a las recientes operaciones estadounidenses en el Caribe dirigidas al tráfico de drogas. Un día antes, Trump había anunciado un ataque militar contra un barco sospechoso de transportar drogas ilegales. Destacando los esfuerzos en curso, sugirió que Estados Unidos está considerando expandir sus operaciones militares desde el mar a objetivos terrestres en Venezuela. «Ciertamente ahora estamos mirando la tierra porque tenemos muy buen control sobre el mar», dijo. Los críticos han planteado preocupaciones legales y éticas sobre el uso de fuerza letal en aguas internacionales, especialmente contra objetivos que aún no han sido detenidos.
Maduro no perdió tiempo en responder al anuncio de Trump, calificándolo de un claro intento de orquestar un golpe de Estado por parte del gobierno estadounidense. Condenó las acciones como agresión y pidió ejercicios militares nacionales para fortalecer las defensas en toda Venezuela, desde regiones de áreas urbanas hasta fronteras costeras. En una declaración en su canal Telegram, Maduro declaró: “No a la guerra en el Caribe… No al cambio de régimen… No a los golpes orquestados por la CIA”. Movilizó contingentes militares, fuerzas policiales y milicias civiles para proteger a la nación de todas las amenazas percibidas.
Este acontecimiento marca un punto de inflexión en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, una dinámica ya tumultuosa exacerbada por los continuos esfuerzos de la administración Trump por presionar al régimen de Maduro. A medida que aumentan las tensiones, la comunidad mundial observa de cerca, preocupada por las implicaciones de la participación militar estadounidense en la región y el potencial de un conflicto generalizado.