En una directiva importante que ha alimentado el debate dentro de las filas militares, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó a casi 800 altos líderes militares que se reunieran en la Base Naval de Quantico con poca antelación. Esta reunión sin precedentes tuvo lugar el 30 de septiembre, donde Hegseth pronunció un controvertido discurso destinado a redefinir el espíritu del ejército estadounidense.
Durante su discurso, Hegseth reclamó el fin de lo que llamó la cultura militar «despertada» y expresó su preocupación por los altos mandos militares, declarando que «la era del Departamento de Defensa ha terminado», señalando su intención de cambiar el nombre del Pentágono a Departamento de Guerra. Su retórica fue francamente contundente al criticar la promoción de líderes basada en “raza, cuotas de género y primicias históricas”, enfatizando un retorno a un enfoque en el mérito y la preparación militar.
Los comentarios del ministro incluyeron una fuerte condena de los estándares de aptitud dentro del ejército, afirmando que es «completamente inaceptable» ver a militares o líderes con sobrepeso en puestos de autoridad. Al declarar enérgicamente: “Hoy ponemos fin a la guerra contra los guerreros”, Hegseth buscó inspirar una cultura militar más agresiva y directa, sugiriendo que la actitud tradicional y políticamente correcta ha obstaculizado la eficacia operativa.
Un memorando posterior, obtenido por NPR, exige que todo el personal militar vea o lea su discurso antes de fin de mes como parte de lo que él llama «Warrior Ethos Tasking». Esta guía incluye actualizaciones de políticas específicas relacionadas con la aptitud física, los estándares de aseo personal y la preparación militar general, con énfasis en la rendición de cuentas a través de la documentación por parte de los comandantes.
Un funcionario del Departamento de Defensa, hablando en segundo plano, indicó que este memorando sirve para reforzar los puntos planteados en el discurso de Hegseth, sugiriendo un esfuerzo concertado para realinear la cultura militar con las nuevas normas que él defiende.
El discurso de Hegseth, pronunciado con el telón de fondo de una enorme bandera estadounidense, resonó en una audiencia considerable de generales y almirantes, que se sentaron inexpresivos mientras pronunciaba sus llamados al cambio. Después de su discurso, el expresidente Donald Trump también se dirigió a la reunión y destacó el inusual silencio en la sala, que supuestamente reflejaba la orientación dada por el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Dan Caine, antes del evento. Caine había ordenado a los presentes que adoptaran una postura estoica, de acuerdo con la tradición militar, enfatizando aún más la tensión que rodeaba los mensajes transmitidos.
La próxima implementación de las políticas de Hegseth está preparada para remodelar las normas y prácticas militares, y generará anticipación y escrutinio tanto dentro como fuera del establishment militar a medida que las nuevas iniciativas entren en vigor.