El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó ejercicios militares en los barrios marginales más grandes del país, luego de una reciente operación estadounidense que atacó un barco presuntamente involucrado en el narcotráfico. Esta escalada se produce después de que las fuerzas estadounidenses llevaran a cabo un ataque aéreo contra un barco cerca de Venezuela, lo que provocó la muerte de seis personas identificadas por el presidente Trump como «narcoterroristas». El ataque es parte de una iniciativa más amplia destinada a combatir el tráfico de drogas desde Venezuela, donde al menos 27 víctimas han muerto en ataques similares desde principios de septiembre.
La presencia militar estadounidense en la región ha aumentado significativamente, con ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones de combate desplegados como parte de esta operación antidrogas. A pesar de una resolución del Senado que buscaba limitar las acciones militares de la administración Trump sin la aprobación del Congreso, la medida no fue aprobada, lo que permitió que las operaciones continuaran sin obstáculos.
En respuesta a estos acontecimientos, Maduro ha acusado explícitamente a Estados Unidos de intentar orquestar un cambio de régimen en Venezuela, afirmación que reiteró a través de una publicación en la red social Telegram. Anunció movilizaciones de militares, policías y milicias civiles para proteger infraestructura vital en todo el país, incluidas montañas, costas, escuelas y fábricas. Imágenes transmitidas por la televisión estatal mostraron vehículos blindados desplegados en Petare, un suburbio de bajos ingresos de Caracas conocido por su apoyo socialista.
Los ejercicios militares se extenderán también al estado Miranda, fronterizo con la capital. Maduro describió este despliegue como una medida proactiva para “ganar la paz” en medio de crecientes tensiones.
A principios de este mes, Maduro insinuó la posibilidad de declarar un estado de emergencia en respuesta a lo que considera una agresión estadounidense. La población venezolana ha mostrado un importante compromiso con estos temas, como lo demuestran los miles de ciudadanos que se han unido a las milicias por temor a una posible invasión estadounidense.
En un contexto aparte, el presidente Trump acusó a Maduro de dirigir un cartel de la droga, lo que Maduro niega rotundamente. Para aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro, el Departamento de Justicia de Estados Unidos aumentó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su arresto. Mientras tanto, Diosdado Cabello, ministro del Interior de Venezuela, criticó a Estados Unidos por supuestamente planear «robar» a la nación sus importantes recursos naturales, intensificando así la relación conflictiva entre los dos países.
La situación se complica aún más por el reciente reconocimiento de la líder opositora María Corina Machado, quien recibió el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para promover la resistencia pacífica contra el régimen de Maduro. Este premio subraya las crecientes críticas nacionales e internacionales que enfrenta el presidente venezolano a medida que el entorno político continúa deteriorándose.