El ejército estadounidense está acelerando la producción de drones en respuesta a las lecciones de Ucrania en el campo de batalla.


ROCK ISLAND ARSENAL, Illinois – El ejército de Estados Unidos se está embarcando en una importante transformación de su base industrial orgánica para satisfacer las demandas de la guerra moderna mediante la creación de una red de fábricas de drones. Este impulso se ve impulsado por las lecciones aprendidas del conflicto en curso en Ucrania, donde el uso efectivo de drones baratos y municiones merodeadoras ha cambiado la dinámica del campo de batalla.

El teniente general Christopher Mohan, comandante interino del Comando de Material, destacó las capacidades de producción existentes del Ejército, pero reconoció los desafíos únicos que plantean los sistemas aéreos no tripulados (UAS). «Sabemos fabricar cosas. No hay ningún problema con eso, pero los UAS son diferentes», afirmó, destacando la necesidad de que los militares adquieran capacidades y máquinas específicas, especialmente para la producción de motores sin escobillas.

Mientras el ejército busca cerrar la brecha de producción con los adversarios, la recién formada iniciativa SkyFoundry tiene como objetivo transformar los depósitos y arsenales tradicionales en modernas instalaciones de producción de drones. El objetivo es producir en masa drones pequeños y prescindibles a un ritmo asombroso de 10.000 sistemas por mes. El coronel Eloy Martínez, comandante del Arsenal de Rock Island, señaló los obstáculos de las regulaciones burocráticas que impiden una producción rápida y dijo: «Tenemos muchas leyes que seguir… son las cosas burocráticas las que siempre van cuesta abajo».

Bergantín. La general Beth Behn, comandante del Comando de Armamentos, Automóviles y Tanques del Ejército, subrayó la urgencia de esta iniciativa después de su experiencia directa con las realidades de la guerra con drones en Ucrania. “Debemos adaptarnos”, afirmó, enfatizando que los militares deben actuar rápidamente para seguir el ritmo de las amenazas que evolucionan rápidamente.

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Rock Island ha realizado importantes inversiones en tecnologías de fabricación avanzadas, incluidas capacidades de impresión 3D. La instalación ya produce carrocerías y estructuras de drones mediante fabricación aditiva, con planes de instalar nueva tecnología que permitirá la producción de hasta 120.000 carrocerías de drones por año. Dado que se espera que la rentabilidad sea inferior a 100 dólares por dron, esta tecnología podría facilitar la creación de sistemas prescindibles adecuados para situaciones de combate.

Se han asignado funciones adicionales para otros depósitos del ejército: Tobyhanna Army Depot en Pensilvania se centrará en mazos de cables y componentes electrónicos, mientras que Red River Army Depot en Texas se encargará del ensamblaje final y la producción de baterías. Mohan señaló que SkyFoundry representa un marco conceptual más que una ubicación física, y aboga por un enfoque de producción colaborativa que permita a cada instalación especializarse y compartir información vital digitalmente.

Otros avances incluyen el establecimiento del Bluegrass Army Depot en Kentucky como centro de innovación de UAS, que albergará iniciativas de investigación y desarrollo de tecnología de vanguardia.

El Ejército está ultimando sus requisitos de producción, con la expectativa de entregar cuerpos de drones para un objetivo inicial de 1.000 UAS para finales del actual año fiscal. Ya existen planes para aumentar la producción para 2026, con un presupuesto inicial de aproximadamente 197 millones de dólares, incluidas importantes inversiones en tecnologías clave.

El cambio estratégico también apunta a reducir la dependencia de fuentes extranjeras para las piezas de drones, ya que el 90% de las piezas de UAS provienen actualmente de China y Taiwán. Al adquirir materiales y piezas a nivel nacional, el Ejército pretende construir una cadena de suministro más resiliente.

A medida que el ejército moviliza sus esfuerzos para producir drones a escala, enfrenta el desafío adicional de integrar estos sistemas en programas de capacitación y garantizar procesos logísticos adecuados. El primer lote de 50 sistemas de drones ha sido asignado al I Cuerpo en la Base Conjunta Lewis McChord, lo que marca el comienzo de un despliegue más amplio diseñado para aumentar la preparación operativa del Ejército.

La creciente capacidad de producción de UAS representa una evolución crítica en la logística militar y la estrategia operativa, lo que permite al Ejército responder mejor a las amenazas actuales en el campo de batalla.



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