El tiroteo contra activistas venezolanos en Colombia genera temores de represión transnacional


En un hecho profundamente inquietante para la diáspora venezolana, dos activistas venezolanos fueron blanco de un tiroteo en Bogotá, Colombia, lo que aumentó los temores de que las tácticas opresivas del gobierno de Maduro se estén extendiendo más allá de sus fronteras. El hecho ocurrió la tarde del lunes cuando la activista de derechos humanos Yendri Velásquez y el asesor político Luis Peche Arteaga fueron emboscados cuando salían de un edificio en el distrito norte de la ciudad. Recibieron al menos quince disparos de asaltantes desconocidos que esperaban en un automóvil, y Peche Arteaga sufrió seis heridas de bala. Ambos fueron sometidos a cirugía y actualmente se encuentran en condición estable, dijo Laura Dib, directora del programa de la Oficina de Washington para América Latina en Venezuela.

“Esto envía un mensaje muy claro sobre los riesgos de la represión transnacional”, dijo Dib, reflexionando sobre las implicaciones más amplias del ataque para los activistas de derechos humanos. Los atacantes aún no han sido identificados y, aunque las autoridades colombianas han iniciado una investigación, los líderes de la sociedad civil sospechan que el objetivo del tiroteo fue las actividades políticas de las víctimas.

Los dos hombres habían huido de Venezuela como figuras de la oposición política en medio de acusaciones generalizadas de fraude electoral contra el gobierno de Nicolás Maduro, que resultaron en el arresto de más de 2.000 personas, incluidos defensores de los derechos humanos. Velásquez ya había sido detenido arbitrariamente cuando intentaba partir para asistir a una conferencia sobre derechos humanos en agosto pasado, lo que complicó sus esfuerzos por escapar de la creciente hostilidad del gobierno.

Su ataque se produce en un contexto de miedo e incertidumbre para muchos venezolanos que han buscado refugio en Colombia, parte de un éxodo masivo que ha visto a unos 8 millones de personas abandonar el país debido a la crisis actual. Líderes de la comunidad venezolana de Colombia, como Arles Pereda, han notado una creciente sensación de inseguridad y enfatizan que este incidente podría servir como preludio de una mayor violencia contra los activistas. «Tenemos miedo de que todos podamos convertirnos en un objetivo», dijo Pereda, subrayando la urgente necesidad de mejorar las medidas de seguridad dentro de las organizaciones de la sociedad civil.

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Este clima de miedo se vio exacerbado por un incidente reciente en el que el militar disidente venezolano Ronald Ojeda fue secuestrado y asesinado en Chile, crimen que las autoridades atribuyeron a motivos políticos con origen en Venezuela, llevado a cabo por la banda carcelaria venezolana Tren de Aragua.

El ex embajador de Estados Unidos, James Story, intervino, afirmando que está dentro de las posibilidades que el gobierno de Maduro orqueste tales ataques fuera de Venezuela. Señaló que las figuras de la oposición que viven en Bogotá han estado preocupadas durante mucho tiempo por su seguridad, temiendo la vigilancia del gobierno o la violencia de los agentes de Maduro.

La líder opositora venezolana María Corina Machado condenó el ataque, calificándolo de “agresión grave” y pidió protección inmediata para los activistas que viven en Colombia. El incidente también se produce en el contexto de crecientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, a medida que han surgido nuevas acusaciones de tráfico de drogas por parte del régimen de Maduro, acompañadas de represalias militares.

A medida que el apoyo internacional disminuye, Estados Unidos recorta la ayuda y los países andinos estrechan sus fronteras, el destino de los exiliados venezolanos se vuelve cada vez más precario. Velásquez, que había buscado ayuda del Defensor del Pueblo para la Protección Internacional de Colombia, no había recibido ayuda en el momento del tiroteo. Dib lamentó la falta de mecanismos de apoyo adecuados y enfatizó que este incidente sirve como un llamado de atención crítico sobre las vulnerabilidades que enfrentan los venezolanos exiliados.



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