Mientras continúa el alto el fuego en Gaza, las fuerzas de seguridad de Hamás han regresado notablemente a las calles y han entablado enfrentamientos con varios grupos armados. El grupo militante afirma que esta reactivación tiene como objetivo restablecer la ley y el orden en zonas donde las fuerzas israelíes se han retirado. Esta demostración de fuerza ha generado reacciones encontradas; Si bien algunos palestinos han acogido con satisfacción el acuerdo después de meses de anarquía generalizada, existe la preocupación de que pueda poner en peligro el alto el fuego, especialmente después de la liberación de todos los rehenes vivos capturados durante el ataque de Hamás del 7 de octubre.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha subrayado que las hostilidades continuarán hasta que Hamás sea completamente desmantelado. Mientras tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha presentado una propuesta de alto el fuego que exige que Hamás se desarme y entregue el poder a un organismo aún por formar bajo supervisión internacional. Sin embargo, Hamás no ha aceptado plenamente estas condiciones y enfatiza que son necesarias más negociaciones. Si bien el grupo está abierto a delegar autoridad a sus compañeros palestinos, sigue decidido a no permitir el caos durante la fase de transición. A los funcionarios israelíes les preocupa que si Hamás conserva sus armas, podría mantener su influencia en Gaza y posiblemente reconstruir sus capacidades militares, incluso si el gobierno nominal fuera transferido a otra entidad.
Los comentarios recientes de Trump reconocen que Hamas ha atacado a «unas pocas pandillas que eran muy malas», lo que provocó la muerte de varios miembros de pandillas. Expresó indiferencia ante estos acontecimientos, pero mantuvo una postura firme sobre el rápido desarme de Hamás, señalando que el incumplimiento daría lugar a un desarme forzoso.
Desde que Hamás tomó el control de Gaza hace 18 años, anteriormente había creado un grado significativo de seguridad pública al tiempo que reprimía la disidencia. Sin embargo, su autoridad parecía estar menguando como resultado de los avances militares israelíes en los últimos meses, creando un vacío de poder que las familias y pandillas locales han explotado. Muchos de estos grupos, algunos de los cuales supuestamente cuentan con el respaldo de Israel, han sido acusados de beneficiarse de la ayuda humanitaria destinada a los necesitados.
Figuras locales han confirmado que Hamas está apuntando a pandillas que han aterrorizado a comunidades en áreas recientemente bajo control israelí. Los informes indican que estas bandas han estado involucradas en el robo de suministros de socorro y en la comisión de actos de violencia contra los residentes. Los enfrentamientos recientes, como los que involucran a combatientes de Hamas y miembros de pandillas de la poderosa familia Doghmush, han resultado en enfrentamientos violentos y múltiples víctimas.
Han surgido acusaciones de ejecuciones extrajudiciales, y algunas fuentes acusan a Hamás de ejecutar públicamente a presuntos gánsteres como parte de su represión. Las organizaciones de derechos humanos han condenado estos actos, citando preocupaciones sobre la legalidad y moralidad de tales acciones. La familia Doghmush inicialmente denunció a sus asociados por estar involucrados en actividades criminales, pero luego criticó a Hamás por su brutal respuesta y pidió moderación.
En medio de estos disturbios, algunos residentes ven el regreso de la policía como una señal esperanzadora hacia el logro de la estabilidad y la normalidad después de un conflicto prolongado. El Ministerio del Interior liderado por Hamas ha iniciado un programa de amnistía de una semana de duración para miembros de pandillas que no estén involucrados en violencia flagrante, dándoles la oportunidad de entregarse.
En respuesta a la advertencia de Hamás, los líderes de las milicias anti-Hamás respaldadas por Israel rechazaron públicamente la autoridad del grupo militante, fomentando un clima de mayor tensión. Esta división complica las posibilidades de las discusiones sobre desarme, ya que Hamás insiste en que si bien está dispuesto a transferir armas pesadas a un organismo externo, conservará armas más ligeras para su autodefensa.
A medida que la situación continúa evolucionando, la interacción entre las rivalidades locales, la diplomacia internacional y la búsqueda de estabilidad sigue siendo una lente crítica a través de la cual se verá el futuro de Gaza.