SpaceX de Elon Musk alcanzó un hito importante con el undécimo vuelo de prueba de su cohete Starship Super Heavy. El lanzamiento subrayó el compromiso continuo de la compañía con la creación de un sistema de cohetes totalmente reutilizable, un objetivo central para el avance de los viajes espaciales.
Después del lanzamiento, el propulsor y la etapa superior del cohete se separaron mediante una técnica conocida como «puesta en escena en caliente». Este enfoque innovador permite una operación más eficiente al encender los motores de la etapa superior mientras aún están conectados al propulsor. Después de la separación, el propulsor comenzó su descenso controlado de regreso al Golfo de México, pero finalmente terminó su viaje con un chapoteo en el Océano Índico, que culminó con una fuerte explosión como estaba previsto en el momento del impacto.
El lanzamiento, que se retransmitió en directo, dio un giro inesperado cuando el propio Elon Musk apareció en el webcast, sorprendiendo tanto a presentadores como a espectadores. Este vuelo representa el segundo regreso exitoso de los prototipos de Starship Versión 2 y marca un avance positivo después de una serie de intentos fallidos anteriores a principios de este año. El reingreso controlado y el aterrizaje seguro son hitos esenciales, ya que SpaceX pretende permitir vuelos regulares del cohete.
A pesar de la explosión audible durante la misión, SpaceX confirmó que los motores Raptor se encendieron según lo previsto durante la fase de separación, lo que provocó que el propulsor intentara aterrizar. Los presentadores del webcast estallaron en celebración cuando el propulsor se estrelló con éxito en el Golfo de México, mientras que la etapa superior ejecutó su descenso hacia el Océano Índico con precisión y ejecutó sin problemas las maniobras finales de aterrizaje.
A la luz del exitoso vuelo de prueba, el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, señaló que este evento «marca otro paso importante hacia el aterrizaje de los estadounidenses en el polo sur de la luna». A principios de este año, pruebas similares terminaron con reveses, lo que subraya la importancia de este reciente éxito. Durante este vuelo se desplegaron varios satélites Starlink simulados, y la etapa superior volvió a desplegar brevemente sus motores para probar nuevas placas de escudo térmico durante su intenso reingreso antes de estrellarse al oeste de Australia.
De cara al futuro, SpaceX planea realizar pruebas futuras con un prototipo Starship mejorado. Estas actualizaciones son esenciales para misiones de larga duración en el espacio e incluyen adaptadores de acoplamiento y otros cambios de hardware esenciales para el reabastecimiento de combustible en el espacio. Este complejo proceso implica el acoplamiento de dos naves espaciales en órbita para transferir cientos de toneladas de propulsor superenfriado, una capacidad crucial para misiones de exploración espacial extendidas.