El Vaticano ha dado un paso significativo al abordar las acusaciones contra el reverendo Marko Ivan Rupnik, un alguna vez respetado artista jesuita acusado de múltiples formas de abuso contra mujeres. En una medida sin precedentes, el Vaticano anunció el lunes que ha nombrado un panel de jueces para determinar el resultado del caso Rupnik. La decisión está motivada por un creciente escrutinio y críticas al manejo previo de la situación por parte de la Iglesia, especialmente dado que parece reflejar un sesgo inherente a favor de Rupnik, un artista notable cuyas obras se exhiben en sitios religiosos de alto perfil.
El tribunal recién creado estará compuesto por cinco jueces, incluidos mujeres y sacerdotes que no forman parte de las operaciones internas del Vaticano. Esta composición diversificada tiene como objetivo garantizar una mayor autonomía e independencia durante todo el proceso judicial, abordando las preocupaciones de que los procedimientos anteriores fueron imparciales. La Congregación para la Doctrina de la Fe, que sigue los casos de abuso sexual por parte del clero, destacó la importancia de este paso en su comunicado oficial.
Rupnik, que saltó a la fama por sus intrincados mosaicos encontrados en varios sitios católicos de renombre en todo el mundo –incluido el Santuario de Lourdes en Francia y una basílica en Brasil– se ha enfrentado a crecientes acusaciones desde finales de 2022. Aparecieron publicaciones en blogs italianos que detallaban denuncias de monjas y mujeres adultas que lo acusaban de abuso sexual, espiritual y psicológico, a menudo mientras creaba su arte.
La orden jesuita reveló inicialmente que Rupnik había sido excomulgado en 2020 por un delito grave relacionado con el confesionario, en el que supuestamente absolvió a una mujer tras un encuentro sexual. A medida que más mujeres presentaron acusaciones similares, el escándalo estalló en una crisis importante tanto para los jesuitas como para el papado del Papa Francisco. Al final, Rupnik fue expulsado por el comando después de que se negó a responder a las acusaciones de unas 20 mujeres, muchas de las cuales formaban parte de una comunidad religiosa que él cofundó en Eslovenia y que ya no existe.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, el Vaticano inicialmente se resistió al procesamiento, citando la antigüedad de las reclamaciones como una barrera. Esta desgana generó preocupaciones sobre la voluntad de la Iglesia de abordar tales cuestiones, especialmente en casos que involucran a figuras notables como Rupnik. Aunque el Papa Francisco negó cualquier interferencia en 2023, luego sucumbió a la presión pública y abolió el plazo de prescripción para permitir un proceso canónico formal.
Mientras el proceso legal se prepara para comenzar, Rupnik aún no ha discutido públicamente las acusaciones y ha guardado silencio durante las investigaciones internas. Los partidarios de Rupnik en su estudio de arte Centro Aletti expresaron su descontento y calificaron el drama que se estaba desarrollando como un «linchamiento mediático». Sin duda, el próximo juicio atraerá mucha atención, ya que busca aportar claridad y justicia a las inquietantes acusaciones que han socavado no sólo el legado de Rupnik, sino también la reputación de la Iglesia en general.