Antiguas trampas de caza descubiertas en el norte de Chile revelan conocimientos sobre los primeros grupos sociales y sus prácticas


Imágenes satelitales recientes han revelado un notable sistema de antiguas trampas de caza conocidas como «chacus» en las grandes altitudes del norte de Chile. Estas estructuras, diseñadas en forma de embudo, probablemente fueron construidas por los primeros cazadores y pastores para capturar la vida silvestre local, particularmente la vicuña, un pariente salvaje de la alpaca.

Un extenso estudio ha identificado 76 de estos desprendimientos de rocas en la vasta cuenca del río Camarones, cada uno de los cuales mide cientos de metros de longitud. Se han encontrado estructuras similares en otras zonas áridas del mundo, pero esta concentración representa un descubrimiento importante, posiblemente anterior al chacus utilizado por los incas.

El Dr. Adrián Oyaneder de la Universidad de Exeter realizó la investigación y destacó una discrepancia de larga data entre los hallazgos arqueológicos y los relatos históricos de la vida en la región. Si bien la evidencia arqueológica sugiere que alrededor del año 2000 a.C.

Durante cuatro meses, el Dr. Oyaneder estudió un área de 4.600 kilómetros cuadrados, centrándose principalmente en zonas de gran altitud que anteriormente estaban subdesarrolladas. Utilizando datos satelitales disponibles públicamente, el investigador identificó numerosos sitios arqueológicos, cuyos hallazgos fueron publicados en la revista Antigüedad.

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Entre los descubrimientos más importantes se encuentran 76 chacus, principalmente estructurados en forma de V, formados por dos «antenas» de piedra seca de aproximadamente 1,5 metros de altura y una longitud media de unos 150 metros. Estas trampas conducían a un recinto rectangular de unos 95 metros cuadrados, a menudo excavado a dos metros de profundidad. La ubicación estratégica de estas estructuras en pendientes pronunciadas y su alineación con el terreno natural indican una comprensión sofisticada del medio ambiente, diseñada para capturar vicuñas de manera eficiente.

La extensa investigación del Dr. Oyaneder descubrió cerca de 800 pequeños asentamientos, que van desde edificios individuales hasta grupos de varios edificios, estrechamente vinculados al chacus. Estos datos se recopilaron utilizando tecnología GIS y fotografía aérea automatizada, con imágenes capturadas a una altitud de aproximadamente 60 metros.

La investigación pinta un panorama complejo de la actividad humana en las tierras altas andinas desde el 6.000 a.C. hasta el siglo XVIII, sugiriendo que diferentes grupos se desplazaron estratégicamente por el paisaje, principalmente en busca de recursos de caza. Los hallazgos destacan una combinación de estilos de vida cazadores, recolectores y agropastoriles, respaldados por una red de asentamientos estacionales adaptados al terreno accidentado.

Este trabajo innovador no sólo remodela la comprensión del pasado de la región, sino que también resalta la complejidad de cómo las poblaciones antiguas navegaron y utilizaron sus entornos durante milenios.



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