En las vastas profundidades del Océano Atlántico Norte, una extraordinaria criatura marina conocida como medusa melena de león, o Cyanea capillata, se desliza con gracia por el agua. Con sus enormes tentáculos que se extienden hasta una longitud comparable a la de un autobús escolar, este gigante gelatinoso cautiva e intimida a quienes estudian biología marina. Las estimaciones sugieren que la medusa melena de león es la más pesada de su tipo, y algunos ejemplares alcanzan un peso de más de una tonelada, comparable al de un coche pequeño.
Aunque muchas especies de medusas son relativamente pequeñas, la melena del león es una excepción notable. Los relatos históricos, incluido un notable informe de 1870, apuntan a un espécimen encontrado frente a la costa de Massachusetts que tenía una campana de casi 8 pies de diámetro y tentáculos que se extendían hasta 100 pies. De verificarse, estas dimensiones superarían las de una ballena azul, el animal más grande conocido en la Tierra. El Guinness World Records ha reconocido oficialmente a la especie como la medusa más grande y pesada documentada.
A pesar de su enorme tamaño, la medusa melena de león es notablemente delicada y está compuesta aproximadamente por un 95% de agua. Al carecer de huesos, sangre y un cerebro centralizado, esta antigua criatura depende de una red nerviosa descentralizada: una estrategia de supervivencia que ha durado 500 millones de años, lo que convierte a las medusas en uno de los linajes vivos más antiguos del planeta.
La medusa melena de león no es sólo una entidad pasiva en su entorno. Posee miles de tentáculos venenosos que pueden provocar picaduras dolorosas y, en casos raros, provocan reacciones más graves en los humanos. Aunque los encuentros fatales son extremadamente raros, la presencia de esta medusa en áreas populares de natación recreativa ha provocado cierres temporales de playas en regiones como Nueva Inglaterra, Escocia y Escandinavia.
La medusa melena de león, que normalmente se encuentra en el Atlántico Norte y el Océano Ártico, tiende a vivir en aguas más profundas durante los meses más cálidos del verano, cuando el plancton, su principal fuente de alimento, es abundante. Su impresionante físico presenta una gran campana en forma de cúpula rodeada por ocho grupos de tentáculos, algunos de los cuales contienen hasta 150 tentáculos individuales cada uno. En conjunto, estos grupos pueden contener un total de más de 1.000 filamentos urticantes, armados con nematocistos que inyectan veneno en presas potenciales al contacto.
La Dra. Lisa-ann Gershwin, bióloga marina y autora, describe la estrategia de las medusas: «Es un diseño antiguo y funciona notablemente bien. No tienen que perseguirlas. Simplemente flotan y esperan, como una red viva».
Además de su importancia biológica, la medusa melena de león está entrelazada con la literatura y el folclore. Aparece sobre todo en la historia de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, «La aventura de la melena del león», donde se describe como un instrumento de asesinato sutil y mortal, aunque en realidad tales incidentes son extremadamente raros.
Sin embargo, las grandes poblaciones de medusas pueden tener impactos significativos en el turismo y la industria pesquera. Una ola en 2010 frente a la costa de Irlanda provocó el sacrificio de miles de peces de las granjas de salmón, lo que provocó importantes pérdidas económicas. Se han reportado floraciones similares en todo el mundo y han afectado a industrias en Japón, Noruega y Australia. Algunos investigadores han relacionado estos fenómenos con el cambio climático, la sobrepesca y el aumento de la temperatura de los océanos que están desestabilizando los ecosistemas marinos.
Un artículo de 2019 publicado en Nature indica que las poblaciones de medusas pueden aumentar en áreas donde los ecosistemas están perturbados, lo que permite que estas criaturas resistentes prosperen en condiciones desfavorables para las especies más sensibles.
A pesar de su apariencia intimidante y su dolorosa picadura, la medusa melena de león a menudo es malinterpretada. Las interacciones con las personas suelen ser accidentales, como el roce con tentáculos flotantes. Aunque la picadura puede ser incómoda, suele ser similar a la picadura de una abeja, salvo alergias o exposición prolongada.
En julio de 2020, un buzo frente a la costa de Cornualles compartió un video viral de una medusa melena de león que casi igualaba su tamaño, lo que generó fascinación y miedo entre los espectadores que desconocían la presencia local de la especie.
Los ecologistas marinos enfatizan que las medusas son vitales para los ecosistemas oceánicos. Se alimentan de peces pequeños y plancton y al mismo tiempo sirven como fuente de alimento para criaturas como el pez ángel, las tortugas laúd y algunas aves marinas. El Dr. Gershwin confirma: «Son parte del equilibrio. Y son increíblemente resistentes a los cambios que provocamos en los océanos».