La inflación está aumentando mientras Trump aborda las preocupaciones económicas


La inflación ha aumentado en los últimos meses, aumentando en tres de los últimos cuatro meses, y actualmente está ligeramente por encima del nivel de hace un año, un período en el que desaparecieron las ambiciones presidenciales de la entonces vicepresidenta Kamala Harris. Sin embargo, los comentarios del presidente Donald Trump y de los funcionarios de la Reserva Federal indican un marcado contraste con esta realidad. Trump declaró la victoria sobre la inflación durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas el mes pasado, declarando: “Los precios de los alimentos han caído, las tasas hipotecarias han caído y la inflación ha sido derrotada”. Al mismo tiempo, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconoció en un notable discurso en agosto que la inflación había aumentado algo, pero sugirió que había caído significativamente desde los máximos pospandémicos, restando importancia a los riesgos potenciales.

Esta postura antiinflacionaria plantea riesgos importantes tanto para la administración Trump como para la Reserva Federal. Muchos estadounidenses todavía ven los altos precios como una carga financiera significativa, que podría poner a la administración Trump en una posición precaria cuando se trata de un tema crítico. La Reserva Federal puede estar asumiendo un riesgo aún mayor al recortar las tasas con la creencia de que las tasas de Trump sólo causarán un aumento temporal de la inflación. Si la inflación persiste o empeora más allá de lo esperado, la credibilidad de la Reserva Federal en la lucha contra la inflación podría sufrir un daño significativo.

La credibilidad del banco central es crucial para mantener la estabilidad de precios. Si los ciudadanos confían en que la Reserva Federal mantendrá a raya la inflación, es posible que se abstengan de exigir salarios más altos ante el aumento de los precios, un comportamiento que podría conducir a una espiral inflacionaria. Por el contrario, Karen Dynan, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, señaló que los recientes recordatorios de inflación durante la pandemia, combinados con el impacto de los aranceles sobre los bienes importados, podrían erosionar la confianza de los consumidores y las empresas en la permanencia de una inflación baja.

Hasta ahora, el impacto inflacionario real de los aranceles de la administración Trump no ha cumplido las expectativas iniciales. La inflación general sigue siendo baja según estándares históricos, aunque los precios al consumidor aumentaron un 2,9% en agosto con respecto al año anterior (frente al 2,6% en el mismo período del año pasado y aún por encima del objetivo de la Reserva Federal del 2%). El próximo informe de inflación de septiembre probablemente se retrasará debido al cierre del gobierno.

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Los aranceles han elevado el costo de varios bienes importados, incluidos muebles y electrodomésticos. El costo de los bienes producidos de manera sostenible aumentó casi un 2% interanual en agosto, un aumento notable después de décadas de caídas de precios. Los precios de los alimentos se vieron particularmente afectados, aumentando un 2,7% en agosto, lo que marcó el mayor aumento no pandémico desde 2015. Los precios del café, en particular, aumentaron casi un 21% el año pasado, debido tanto a las presiones relacionadas con los aranceles como a los desafíos climáticos que afectan las cosechas.

A pesar de las persistentes preocupaciones sobre la inflación, la Reserva Federal redujo su tasa de interés clave, priorizando el riesgo de un aumento del desempleo sobre la inflación. Esta elección ha sorprendido a algunos economistas, quienes sugieren que la compensación entre aranceles y continuos aumentos de precios corporativos podría conducir a un entorno inflacionario más sostenible. Jason Furman, economista de Harvard y ex asesor del presidente Obama, enfatizó la naturaleza sin precedentes de mantener una inflación del 3%.

Trump anunció recientemente nuevos aranceles sobre varios productos, incluido un impuesto especial del 100% sobre los productos farmacéuticos y un aumento del 50% sobre los gabinetes de cocina. También apuntó a posibles medidas para aumentar los aranceles a las importaciones chinas en respuesta a las restricciones impuestas por ese país. Muchas empresas están recurriendo a aumentos de precios para compensar los costos relacionados con los aranceles, como lo ilustra el director ejecutivo de Campbell Soup, que abordó los aumentos de precios debido a los mayores costos de embalaje, y Chris Butler, director ejecutivo de National Tree Company, que anunció un aumento del 10 % en las decoraciones navideñas.

Butler advirtió que la oferta de árboles artificiales podría disminuir este año debido a las heladas de producción en China debido a aumentos arancelarios anteriores, lo que podría aumentar aún más los precios. Los funcionarios de la Reserva Federal reconocen esta volatilidad; Jeffrey Schmid, presidente de la Reserva Federal de Kansas City, advirtió que la alta inflación debida a la falta de confianza en el banco central plantea desafíos únicos.

Mientras tanto, algunas autoridades de la Fed siguen siendo optimistas en cuanto a que otras tendencias económicas, como una disminución constante de los costos de alquiler y una menor demanda debido a la reducción de la inmigración, podrían aliviar las presiones inflacionarias en el futuro. El gobernador de la Reserva Federal, Stephen Miran, señaló una perspectiva más positiva, sugiriendo que los temores inflacionarios podrían no estar tan extendidos como se pensaba.



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