Han pasado dos años desde el inicio del conflicto en Gaza, y en medio de la agitación hay un rayo de esperanza, ya que Israel y Hamás han llegado a un acuerdo que aumenta la posibilidad de poner fin a las hostilidades. Mientras la fotógrafa de Associated Press Fatima Shbair reflexiona sobre sus experiencias, comparte el profundo impacto de su trabajo a través de una serie de fotografías conmovedoras tomadas durante el conflicto.
Shbair, profundamente arraigada en Gaza, comenzó a documentar la creciente violencia en su ciudad, la ciudad de Gaza, poco después del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. En ese fatídico día, se suponía que iba a recibir las llaves de un nuevo apartamento que estaba construyendo, pero en lugar de eso se despertó con el sonido de los cohetes, lo que marcó el inicio de un conflicto intenso y devastador. Esa noche, se unió a los periodistas en el techo de las oficinas de AP, donde documentó los brutales ataques aéreos que marcaron el inicio de la campaña de Israel contra Hamás.
A medida que se desarrollaba el conflicto, Shbair y su familia se vieron obligados a trasladarse a Rafah, en el sur de Gaza, donde continuó trabajando. Durante meses navegó por las duras realidades de la guerra, a menudo estacionada en hospitales, captando el caos y la desesperación que envolvían a familias e individuos.
Sus fotografías cuentan historias conmovedoras de resiliencia en medio de una pérdida inimaginable. Una fotografía, tomada el 19 de octubre de 2023, ilustra las secuelas de un ataque aéreo que dejó a personas atrapadas en espera de ser rescatadas. Shbair recuerda haberse arrastrado sobre los escombros para documentar la escena, que se convirtió en un recordatorio aleccionador del ritmo brutal de la guerra. Cada día transcurría con una rutina familiar y sombría, llena de sonidos de ataques aéreos y el dolor de la pérdida.
En su conmovedor retrato de los niños afectados por el conflicto, Shbair reflexiona sobre la rapidez con la que se destruye la inocencia. Una imagen del 21 de octubre muestra a una niña observando a los trabajadores de emergencia sacar a un niño sin vida de entre los escombros. Shbair compara la mirada de conmoción de la niña con el miedo a la muerte de su infancia, revelando el profundo costo psicológico que la guerra inflige a sus víctimas más jóvenes.
Durante su estancia en Gaza, Shbair luchó con el peso emocional de su trabajo. Evitó llamar a su familia durante los ataques aéreos, por temor a que una llamada pudiera traerle noticias devastadoras. En lugar de eso, optó por esperar para ver si sus seres queridos llegaban a los hospitales, una decisión dura que reflejaba la dura realidad que enfrenta la gente en las zonas de conflicto.
Las crisis continuaron profundizándose, con un aumento de las muertes y hospitales desbordados. Una imagen del 14 de diciembre muestra a los médicos tratando desesperadamente de salvar la vida de una joven llamada Maya, cuyo nombre estaba escrito en su estómago mientras yacía en constante peligro. Shbair retrata sus luchas emocionales mientras captura estos momentos de vida o muerte, reflexionando a menudo sobre la difícil situación de su propia familia.
Mientras continuaba la guerra, Shbair fue testigo de fosas comunes llenas de restos no identificados de víctimas, lo que puso de relieve el brutal anonimato de la pérdida. Con cada cuerpo se truncó una vida, a menudo sin cierre para familias desesperadas por encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
En medio de estos momentos oscuros, las experiencias personales de Shbair agregaron una capa adicional de complejidad a sus informes. La salud de su padre se deterioró mientras ella trabajaba en un hospital lleno de víctimas; la intersección de la pérdida familiar y las obligaciones profesionales pesaba mucho sobre ella.
El viaje de Shbair a través del dolor llegó a un momento conmovedor el 4 de marzo de 2024, cuando regresó para cubrir a las familias en duelo en una morgue. La muerte de su propio padre, combinada con el duelo colectivo que la rodeaba, fue un recordatorio desgarrador del dolor compartido que redefinió la vida en Gaza.
Incluso después de la violencia, la vida continúa. El 18 de marzo, una familia rompió el ayuno del Ramadán frente a su casa en ruinas, un sombrío símbolo de fe y resiliencia en medio de la devastación. Shbair captura de manera conmovedora su comida silenciosa, expresando un sentimiento compartido de pérdida que trasciende las palabras.
De cara al futuro, Shbair reconoce las profundas cicatrices emocionales que dejó el conflicto y la importancia de la memoria en el duelo. Mientras continúa su trabajo desde Dubai, los rostros y las voces de quienes dejó atrás permanecen imborrables en su corazón. Las experiencias de la guerra no solo cambiaron su papel como periodista, sino que también influyeron profundamente en su comprensión de la comunidad, la resiliencia y el espíritu humano perdurable frente a una tragedia indescriptible.