OKLAHOMA CITY, Okla. – En una desviación notable del sentimiento republicano nacional, el gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, ha expresado públicamente su oposición al despliegue de tropas de la Guardia Nacional a través de las fronteras estatales sin el consentimiento del respectivo gobernador del estado. Stitt, quien también es presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores, expresó su preocupación tras la iniciativa del presidente Donald Trump de desplegar unidades de la Guardia Nacional en ciudades gobernadas por demócratas, destacando recientemente el caso de Chicago.
La posición de Stitt es especialmente sorprendente en el contexto de las batallas legales en curso, con el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y el gobernador de Illinois, JB Pritzker, desafiando el despliegue de miembros de la Guardia Nacional de Texas en su estado. Además, la administración Trump ha intentado enviar tropas de California a Portland, Oregón, lo que ha alimentado una mayor controversia sobre la soberanía estatal.
Abigail Cave, portavoz de Stitt, aclaró que si bien el gobernador apoya los objetivos de Trump de restaurar la ley y el orden en áreas urbanas conflictivas y apoyar la aplicación federal de la ley de inmigración, cree que las tropas de la Guardia Nacional sólo deben enviarse con el consentimiento de los líderes del estado receptor. «Cuando los gobernadores trabajan juntos, la historia es completamente diferente», señaló Cave. «Pero toda esta situación en la que el gobernador de un estado envía tropas de la Guardia Nacional a pesar de las objeciones del gobernador de otro estado sienta un precedente muy peligroso».
En una entrevista separada con The New York Times, el gobernador Stitt expresó además su posición, afirmando que los habitantes de Oklahoma se opondrían firmemente si Illinois intentara enviar tropas a Oklahoma bajo una administración demócrata. Aclaró que si bien se opone al uso de tropas sin autorización, apoya la idea de federalizar las fuerzas de la Guardia Nacional de Illinois cuando sea necesario para proteger a los agentes federales de Inmigración y Control de Aduanas.
La Asociación Nacional de Gobernadores, una asamblea bipartidista, ha enfrentado un conflicto interno por la falta de una respuesta unificada al despliegue de tropas. Varios demócratas destacados, incluidos Pritzker y el gobernador de California, Gavin Newsom, han amenazado con retirarse de la organización por su silencio sobre esta apremiante cuestión.
Las posiciones de Stitt lo colocaron en oposición a varios líderes republicanos, incluido el fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond. Drummond fue uno de los 20 fiscales generales republicanos que presentaron un escrito en apoyo de los esfuerzos legales de la administración Trump para facilitar el despliegue de tropas nacionales en Oregón y California. Esta carta defendía la necesidad de federalizar la Guardia Nacional para evitar que los estados incurran en costos asociados con la falta de aplicación de la ley federal de inmigración.
Los estados dominados por los republicanos, incluido Oklahoma, han solicitado permiso para unirse a presentaciones legales similares en casos en curso que involucran despliegues de tropas, mientras que una coalición de fiscales generales demócratas de 24 estados han presentado conjuntamente sus propios escritos en apoyo de las posiciones de California y Oregon. Las tensiones son altas en torno al despliegue de tropas de la Guardia Nacional, ya que estas divisiones partidistas se desarrollan en diferentes contextos legales.