En una importante demostración de las capacidades militares de Ucrania, el ministro de Defensa, Denys Shmyhal, dio a conocer recientemente una nueva variante del misil antibuque R-360 Neptune, demostrando de manera impresionante las crecientes capacidades industriales y de fabricación militar del país ante una reunión de funcionarios extranjeros. El evento contó con invitados destacados, entre ellos la Primera Ministra lituana, Inga Ruginiene, el Ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, y el Ministro de Defensa noruego, Andreas Flåm, entre otros.
La variante de cohete recientemente presentada tiene protuberancias distintivas delante de las aletas, que los analistas especulan que podrían mejorar el almacenamiento de combustible. Esta mejora podría aumentar el alcance operativo del misil, permitiendo a las fuerzas ucranianas llevar a cabo ataques más profundamente en territorio ruso, una táctica influyente en el conflicto en curso.
El Ministro Shmyhal utilizó las redes sociales para compartir imágenes del misil y resaltar la presencia de representantes aliados en la manifestación. Además del misil Neptuno, los asistentes también observaron el dron naval Magura-7 y el sistema de lanzamiento de misiles no tripulado Peklo, lo que ilustra aún más el creciente arsenal naval de Ucrania.
El R-360 Neptune se basa en el misil Kh-35 de la era soviética, originalmente diseñado principalmente para el combate antibuque, pero también capaz de alcanzar objetivos terrestres. La última variante ha experimentado mejoras independientes de los modelos anteriores, sobre todo con un diseño de aletas escalonadas, que optimiza el perfil aerodinámico. Tradicionalmente, el cohete Neptuno tiene un motor turbofan y un alcance máximo de unos 300 kilómetros.
Desde su introducción en 2023, la variante de ataque terrestre de Neptune ha integrado un nuevo sistema de navegación inercial, complementado con tecnología de sensores infrarrojos y GPS, que reemplaza al buscador de radar activo inicial. Este desarrollo permitió aumentar la autonomía hasta los 360 kilómetros, con un modelo de autonomía aún mayor conocido como Long Neptune capaz de alcanzar distancias de hasta 1.000 kilómetros.
Se cree que las dos orejetas de la versión actual aumentan significativamente la capacidad interna de combustible, lo que potencialmente permite una mayor flexibilidad operativa. Alternativamente, algunos expertos sugieren que el misil ahora podría tener una ojiva más pesada, pero esta teoría se considera menos probable y requeriría modificaciones para mantener el alcance.
Si la teoría sobre el aumento de la capacidad de combustible es correcta, la nueva variante de misil podría proporcionar a los planificadores ucranianos una capacidad de ataque de alcance medio, reservando el Long Neptune para alcances más largos para misiones que requieren un alcance máximo. Además, estas actualizaciones se pueden adaptar a los modelos Neptune existentes, lo que proporciona una mejora más rentable en comparación con la producción de nuevas unidades.
La introducción de este misil avanzado está en consonancia con el objetivo más amplio de Ucrania de alcanzar el 50% de la producción nacional de municiones de primera línea para finales de año. Esto es especialmente importante para la industria de defensa del país en medio de las hostilidades en curso. La familia de misiles Neptune se ha vuelto cada vez más parte integral de las operaciones navales ucranianas y, según se informa, ha estado involucrada en más de 50 ataques contra objetivos rusos durante el año pasado, lo que subraya su importancia estratégica en el conflicto.