Los acontecimientos recientes en el campo de batalla en Ucrania indican un entorno de combate fluido y desafiante, especialmente en regiones clave como Donbas y Zaporizhia. El análisis basado en información de fuente abierta revela importantes combates militares en curso, con fuerzas tanto ucranianas como rusas luchando por una ventaja estratégica.
Durante el último mes, las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) han logrado avances en la desaceleración del avance del ejército ruso en el centro de Donbas. Sin embargo, esto ha tenido un precio elevado. En agosto, Ucrania tuvo que reasignar importantes recursos militares de otros frentes para fortalecer las defensas en torno a un avance crucial entre Pokrovsk y Kostjantynivka. Este cambio estratégico ha dejado a otros sectores particularmente vulnerables, lo que ha permitido a las fuerzas rusas avanzar hacia Sloviansk a lo largo del río Siverskyi Donets mientras capturan los bosques de Kreminna, un área que anteriormente estaba en manos de las AFU desde el otoño de 2022. Además, hay informes de avances rusos indiscutibles a lo largo de la frontera regional de Dnipropetrovsk-Zaporizhzhia, agravados por crisis más pequeñas en las líneas de defensa cercanas. Orikhiv y Kupyansk.
La actual situación que rodea a Dobropillia se ha vuelto particularmente clara en las últimas semanas. A principios de agosto, unidades rusas del 51.º Ejército avanzaron unos 20 kilómetros hacia las defensas ucranianas, acercándose a la crítica carretera Dobropillia-Kramatorsk. Aunque las AFU lograron hacer retroceder a las fuerzas rusas con refuerzos de varias regiones, los intentos de romper completamente la posición rusa fueron en gran medida infructuosos. A principios de octubre, las fuerzas rusas parecieron estabilizar su posición cerca de Dobropillia, aunque las condiciones actuales todavía apuntan a limitaciones logísticas que obstaculizan un nuevo avance a gran escala hacia Kramatorsk.
En nuevos combates a lo largo del Siverskyi Donets, las fuerzas rusas han capturado con éxito los bosques de Kreminna después de varios avances. Su avance sobre la ciudad de Lyman ha dejado a las fuerzas ucranianas en una posición precaria, casi rodeadas y luchando por mantener las líneas de suministro mientras las rutas de acceso han sido interrumpidas por el control ruso.
En la región de Dnipropetrovsk, los refuerzos rusos han ampliado su ofensiva y se han desplazado hacia el sur, hacia rutas de transporte vitales que conectan Hulyaipole y Pokrovske. Este cambio de enfoque militar obliga a las Fuerzas Armadas de Ucrania a adoptar una estrategia de defensa más móvil para limitar las pérdidas resultantes de los recientes redespliegues de tropas. Aunque han logrado repeler algunos avances rusos, los informes indican que las fuerzas rusas están comenzando a avanzar más hacia territorio ucraniano previamente asegurado.
La región de Zaporizhia también sigue siendo controvertida. Las fuerzas rusas han intensificado su ofensiva hacia la ciudad de Orikhiv, una importante base de retaguardia para las operaciones ucranianas durante ofensivas anteriores. Al mismo tiempo, las unidades rusas a lo largo del río Dnipro están aprovechando las oportunidades creadas por la destrucción de la presa Kakhovka, ganando nuevo territorio que plantea serias preocupaciones para las defensas ucranianas alrededor de la propia ciudad de Zaporizhia.
La situación actual en el campo de batalla subraya la naturaleza prolongada de este conflicto, con enfrentamientos continuos que indican que ninguna de las partes está dispuesta a ceder terreno fácilmente. A medida que la situación evoluciona, la complejidad del campo de batalla continúa aumentando, lo que plantea interrogantes críticos sobre la dirección estratégica y la sostenibilidad de las operaciones militares en ambos lados.