En un progreso notable dentro de la industria de defensa, Pablo Air, con sede en Incheon, ha hecho su innovador dron de suicidio S10 para misiones antitanque. Este dron está equipado con una cabeza central de un kilogramo (2.2 libras), lo que significa la efectividad potencial contra los vehículos blindados.
Uno de los aspectos más destacados de los S10 es la capacidad de realizar un ‘ataque de salvo’. Con esta maniobra táctica avanzada, varias unidades pueden atacar a un solo objetivo, ya sea al mismo tiempo o rápidamente. Tal estrategia aumenta considerablemente las posibilidades de violar las defensas y lograr éxitos exitosos, lo que en última instancia mejora la posibilidad de apagar o destruir los objetivos previstos.
En términos de rendimiento, el S10S ofrece una notable duración de vuelo de hasta 30 minutos y puede alcanzar las velocidades de un máximo de 150 kilómetros por hora (93 millas por hora). El rango operativo de 38 kilómetros (24 millas) le permite involucrar objetivos a una distancia considerable, lo que no solo mejora la precisión, sino que también fortalece la seguridad para los operadores, mucho más allá de las zonas de batalla potenciales.
La entrada a Pablo Air en el mercado de defensa es una iniciativa estratégica, con el objetivo de aprovechar la tecnología de drones en ciernes para aplicaciones militares. El lanzamiento de los S10 corresponde a una tendencia global más amplia en la que los países integran cada vez más sistemas aéreos sin ser solucionados en sus estrategias militares, en particular en escenarios que requieren precisión y gestión efectiva de riesgos en entornos de combate modernos.