Dinamarca ha informado un patrón inquietante de acciones agresivas de las fuerzas armadas rusas en las aguas estratégicamente importantes de la calle danesa, un área que es crucial para controlar el tráfico de la Marina dentro y fuera del Mar Báltico. Las declaraciones recientes de Thomas Ahrenkiel, director del Servicio de Inteligencia de Defensa Danés (DDIS), revelaron que tanto los buques de guerra daneses como los helicópteros han sido objeto de amenazas directas de los barcos rusos.
Ahrenkiel detalló incidentes en los que los helicópteros daneses de la Fuerza Aérea y los barcos navales están dirigidos por radares de rastreo rusos, y en algunos casos las armas están físicamente dirigidas a ellos. Este comportamiento inquietante subraya las relaciones siempre tensas y tensas entre los miembros de la OTAN y Rusia, especialmente en la región báltica, una vía fluvial compartida por compañeros de la OTAN y la Federación Rusa.
La calle danesa, conocida por sus rutas de envío vitales, ha visto maniobras amenazantes, incluidos buques de guerra rusos navegando con barcos daneses en posibles cursos de colisión. Según los informes, un buque de guerra ruso en particular ha sido anclado en aguas territoriales danesas durante más de una semana. Los funcionarios civiles han expresado su preocupación de que esta presencia pueda facilitar los intentos rusos de frenar los esfuerzos para frenar su «flota de sombras» de los petroleros que se las arreglan para eludir las sanciones occidentales.
En un contexto más amplio, el DDIS enfatizó la naturaleza de las acciones de Rusia como una guerra híbrida contra la OTAN y los países occidentales. Estas tácticas incluyen redadas no autorizadas en el espacio aéreo de la OTAN debido a drones y aviones, así como a ataques cibernéticos dirigidos a varios miembros de la OTAN. El aumento de tales actividades ha sido claro en particular desde la plena invasión de Rusia en Ucrania en 2022.
Aunque el DDIS evaluó que no existe una amenaza militar convencional inmediata para Dinamarca, hizo enfatizado diferentes niveles de amenaza para los Estados miembros de la OTAN, y señaló un mayor riesgo de provocaciones militares y sabotaje dirigidos a las fuerzas de Dinamarca. Las amenazas cibernéticas para la nación también se clasificaron como un nivel medio.
La OTAN vigila de cerca estos desarrollos e interpreta las maniobras de Rusia como un desafío para la unidad y la voluntad de la alianza. Las actividades actuales sirven para recopilar información sobre capacidades militares occidentales y tiempos de respuesta. El DDIS ha expresado su preocupación de que Rusia quiere debilitar la cohesión política de la OTAN y socavar sus procesos de toma de decisiones, que promueve un estado de incertidumbre entre los Estados miembros.
En respuesta, algunos miembros de la OTAN se han comprometido a una posición más fuerte que antes, aunque se les da el desafío de equilibrar una importancia contra el riesgo de causar una escalada importante por parte de Rusia. Debido a que las tensiones siguen siendo altas, los DDI anticipan un aumento en las actividades rusas en la región.