Un hombre de 60 años está actualmente bajo custodia después de un incidente impactante en el interior del oeste de Sydney, donde, según los informes, disparó entre 50 y 100 tiros en una calle concurrida, lesionó a 20 personas y causó pánico a los espectadores. El caos se desarrolló el domingo por la noche cuando el tirador se golpeó en autos y policías que pasaban, muchos testigos describieron la escena como «algo de una película».
En una declaración de Nueva Gales del Sur, quien actuó al superintendente Stephen Parry, se confirmó que el disparo rápido lideró la reacción urgente de la policía. Los oficiales se apresuraron al escenario después de recibir innumerables llamadas de emergencia que informó el tirador. La aplicación legal rápidamente asaltó una unidad sobre una compañía cercana y arrestó al sospechoso. En el momento del arresto, se incautaron dos armas de la ubicación.
El presunto tirador sufrió heridas durante el arresto y luego fue tratado en un hospital. Las autoridades aún no han presentado cargos en su contra y su identidad no se ha anunciado.
Las cuentas de testigos oculares describen una experiencia conmovedora, en la que muchos informan el sonido abrumador de disparos. El residente local Tadgh, que miró un partido de rugby cerca, recordó: «Era muy fuerte y ‘Bang, Bang, Bang’ y flash-bangs, chispas y humo». Otro testigo, el empleado de la oficina Joe Azar, inicialmente procesó el ruido de los fuegos artificiales. Su conciencia sobre la gravedad de la situación se produjo cuando observó la destrucción a su alrededor y declaró: «El parabrisas de un hombre fue volado y luego la parada de autobús se hizo añicos».
Entre los heridos, un hombre permanece en una condición grave debido a una herida escocesa, mientras que otras 19 experimentaron lesiones principalmente debido a fragmentos de granadas o vidrios destrozados.
El comisionado de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, caracterizó el tiroteo como «grave y aterrador». Sin embargo, aclaró que los investigadores no han encontrado ninguna evidencia de que el ataque se vincule con el terrorismo o las actividades relacionadas con las pandillas. El motivo detrás de este brote violento sigue sin estar claro.
A la luz del incidente, la policía comenzó una investigación. Las fiestas masivas de disparos son raras en Australia, un país que ha prohibido estrictamente las armas automáticas y semiautomáticas después del trágico Port Arthur-Bloedbad en 1996, que cobró 35 vidas. A medida que la investigación continúa, la comunidad lucha con la inquietante realidad de lo que sucedió en esa calle concurrida.