Un nuevo estudio sugiere que una dosis semanal más alta de semaglutida, en particular 7.2 mg, pérdida de peso y resultados de salud relacionados en adultos con obesidad puede mejorar considerablemente, incluidas aquellos con diabetes tipo 2 (T2D). Los hallazgos, publicados en el Lancet Diabetes & Endocrinology Journal, indican que este aumento de la dosis es una nueva opción de tratamiento prometedor para las personas que no han alcanzado la pérdida de peso suficiente a través de las terapias existentes.
Esta investigación se deriva de dos estudios clínicos internacionales de fase 3 a gran escala que se conocen como las pruebas de paso hacia arriba y el paso T2D. Estos estudios son notables porque son los primeros en evaluar la seguridad y la eficacia del aumento de la dosis semaglutida de los 2.4 mg aprobados a 7.2 mg en adultos. Los participantes fueron aleatorizados para recibir la dosis más alta, la dosis convencional de 2.4 mg o un placebo durante un período de 72 semanas. Todos los participantes, independientemente de su grupo de tratamiento, también recibieron intervenciones de estilo de vida que incluyen asesoramiento nutricional y mayores recomendaciones de actividad física.
En adultos sin diabetes, los estudios mostraron que la dosis de 7,2 mg de semaglutida resultó en una pérdida de peso promedio de casi el 19%. Este porcentaje excedió la pérdida del 16% asociada con la dosis de 2.4 mg y la pérdida de solo 4% observada para aquellos que recibieron un placebo. Es notable que casi la mitad de los participantes en la dosis más alta alcanzaron una pérdida de peso del 20% o más, mientras que al menos un tercio perdió al menos el 25%. Además, se observaron mejoras significativas en la circunferencia de la cintura, la presión arterial, el azúcar en la sangre y los niveles de colesterol, todos los cuales son cruciales para reducir los riesgos para la salud relacionados con la obesidad.
En los participantes con obesidad y T2D, la dosis de 7.2 mg también mostró efectividad, lo que resultó en una pérdida de peso promedio del 13%, en comparación con el 10% con una dosis de 2.4 mg y 3.9% con placebo. Además, hubo notables reducciones de los niveles de azúcar en la sangre y el tamaño de la cintura con estos individuos.
La seguridad fue un foco importante de las pruebas, con la dosis más alta de semaglutida informó que fue bien tolerada. Los efectos secundarios más comunes incluyen problemas gastrointestinales como náuseas y diarrea, así como algunos síntomas sensoriales como el hormigueo. Sin embargo, se observó que la mayoría de los efectos secundarios fueron manejables y se resolvieron con el tiempo, sin un aumento de los efectos secundarios graves o la hipoglucemia grave informadas a los participantes que tomaron la dosis más alta.
Los autores de la investigación enfatizan que la capacidad de la dosis más alta para proporcionar una reducción sustancial de peso y beneficios metabólicos, todo al tiempo que se retiene un perfil de seguridad favorable, podría facilitar a más personas para lograr sus objetivos de salud y reducir la carga global de las complicaciones relacionadas con la obesidad. A pesar de estos hallazgos prometedores, advierten que una investigación adicional es esencial para determinar completamente los beneficios y los riesgos a largo plazo con la mayor dosis de semaglutida.