La administración Trump ha introducido una nueva iniciativa que tiene como objetivo alentar a los niños migrantes a regresar voluntariamente a su país de origen ofreciéndoles incentivos financieros. El viernes, la Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE) reveló que los niños de 14 años o más podrían recibir $ 2,500 para facilitar su regreso. Este anuncio se comunicó a través de un correo electrónico enviado al refugio migrante, aunque los detalles sobre la fecha de implementación y el financiamiento total siguen sin estar claros. Los escondites recibieron instrucciones de reconocer la oferta en cuatro horas.
ICE aclara en una declaración que el apoyo financiero solo se pagaría después de que un juez de inmigración apruebe la solicitud de devolución y que la persona regrese a su país de origen. La oferta inicial está dirigida a los jóvenes de 17 años, aunque las implicaciones más amplias para los niños más pequeños siguen siendo inciertos, porque no se mencionaron multas por rechazar la oferta en la comunicación del gobierno de los servicios humanos y de salud estadounidenses para familias y niños.
En un contexto más amplio, la administración también proporcionó $ 1,000 a adultos que eligen abandonar los Estados Unidos voluntariamente. Sin embargo, los defensores y los abogados de inmigración han expresado gran preocupación por el posible impacto de estos incentivos financieros en los niños vulnerables. Los críticos afirman que para muchas personas jóvenes, los $ 2,500 podrían representar una cantidad de dinero que cambia la vida, de modo que su capacidad para complicar las decisiones informadas sobre su futuro. Melissa Adamson, abogada principal del Centro Nacional de Derecho Juvenil, advirtió que tal oferta podría presionar a los niños para que se abstengan de los canales legales adecuados que pueden ofrecerles protección e iluminación esenciales.
Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York, repitió estos sentimientos y enfatizó que la oferta financiera podría influir innecesariamente en los niños para dar sus derechos legales, lo que puede ser obligado a retroceder en condiciones de vida peligrosas sin una oportunidad justa de presentar sus asuntos en los tribunales. Desde octubre de 2021, las autoridades fronterizas estadounidenses han reportado más de 400,000 arrestos de menores no acumulados para cruzar la frontera. Una ley fundada en 2008 obliga a estos niños a presentarse para un poder judicial de inmigración antes de que se puedan tomar medidas con respecto a su regreso.
Según la política del gobierno actual, ha habido una mayor investigación de los niños en los escondites administrados por el gobierno antes de que puedan ser liberados a los miembros de la familia en los Estados Unidos. Esta investigación incluye huellas digitales, pruebas de ADN y visitas a domicilio de funcionarios de inmigración. Después de estos cambios, el tiempo promedio que los menores no contados pasan en escondites, con informes que indican una disminución en un pico de 217 días en abril a 171 días en julio, aún considerablemente más largo que los 37 días reportados en enero cuando la administración Trump comenzó su política más estricta. La situación continúa evolucionando y plantea preguntas críticas sobre el tratamiento de los niños migrantes y las implicaciones éticas de los estímulos ofrecidos.