En un discurso histórico a la reunión general de las Naciones Unidas, el nuevo presidente de Siria, Ahmad al-Sharaa, marcó un momento importante para su país. Este discurso fue notable porque fue el primero por un presidente sirio en la ONU en casi 60 años, un período en el que Siria experimentó una serie de regímenes represivos. Durante sus comentarios, Al-Sharaa enfatizó el regreso de Siria a la comunidad internacional después de décadas de dictadura que resultó en la pérdida de aproximadamente 1 millón de vidas y violaciones generalizadas de derechos humanos.
Al-Sharaa declaró: «Siria restaura su lugar legítimo entre las naciones del mundo», que enfatiza un sentido de innovación y esperanza para el futuro del país. Su dirección llegó a los pasos de la ruina del gobierno autocrático a largo plazo de la familia Assad, que había estado en el poder durante más de 50 años. El abrupto final de este régimen se caracterizó por una exitosa ofensiva rebelde que condujo a la eliminación de Bashar Assad en diciembre, como resultado de la cual se concluyó el conflicto civil durante casi 14 años.
En su discurso, Al-Sharaa también expresó fuertes críticas a Israel y afirmó que las amenazas a Siria han seguido continuando desde la expulsión de Assad. Dijo que la política israelí no es consistente con el apoyo que la comunidad internacional se ha expandido a Siria y sus ciudadanos. Esto, advirtió, es un riesgo de estabilidad regional y posiblemente podría causar conflictos con resultados impredecibles.
Según los informes, en medio de este conflicto, las negociaciones están en curso para un acuerdo de seguridad de que Al-Sharaa espera que facilite la retirada de las tropas israelíes y repare el acuerdo de desacoplamiento que se estableció en 1974. Si bien Al-Shara ha expresado su optimismo para llegar a un acuerdo pronto, el primer ministro israelí Netanyahu parece hacer las expectativas que podrían ser un avance.
La importancia de la presencia de Al-Sharaa en la ONU y su llamado a la cooperación internacional subraya un cambio en la política exterior de Siria y el deseo de volver a integrarse en la comunidad global después de años de aislamiento. Este desarrollo es monitoreado de cerca por los observadores internacionales, en particular a la luz de las tensiones constantes en la región y la compleja dinámica alrededor de la relación de Israel Siria.