Investigaciones recientes han mostrado niveles alarmantes de sustancias tóxicas per y polifluoralquilo (PFA), generalmente denominadas ‘químicos para siempre’, en el río Mersey en el noroeste de Inglaterra. Estas sustancias han alcanzado las concentraciones como la más alta registrada en todo el mundo, lo que expresa grandes preocupaciones de la salud ambiental y pública.
El estudio, realizado por un equipo de investigadores, conecta esta infección con vertederos históricos, instalaciones de desechos y actividades industriales del pasado. Incluso si estos productos químicos ya no se produjeran, significan que continuarían infectando durante décadas, si no durante siglos.
Los PFA son un grupo de productos químicos artificiales que a menudo se encuentran en artículos cotidianos como envases de alimentos, ropa resistente al agua y espumas de lucha contra el fuego. Son apreciados por su capacidad para resistir las altas temperaturas y evitar el agua y el aceite; Sin embargo, estas mismas características contribuyen a su persistencia ambiental. Algunos compuestos de PFA pueden tardar miles de años en diseccionarse, para que puedan acumularse en la vida silvestre y los cuerpos humanos, donde pueden formar graves riesgos para la salud, incluida una mayor incidencia de cánceres, interrupción hormonal y enfermedad del sistema inmune.
En su investigación anterior, el equipo identificó dos conexiones PFA, demostró que pueden causar cáncer y lavados en el Mersey en niveles. Para determinar las fuentes más grandes de estos productos químicos, los investigadores extendieron su investigación aguas arriba, donde encontraron numerosas fuentes potenciales que encontraron la tarea de determinar a los mayores contribuyentes.
El avance en su método fue la evaluación del impuesto de PFAS, esencialmente la cantidad total de PFA que fluye a través del río en ubicaciones específicas, en lugar de simplemente medir la concentración de agua. Este enfoque enfatizó que los flujos más pequeños pueden mostrar altas concentraciones, pero solo un mínimo contribuye a la contaminación general en comparación con los ríos más grandes que pueden tener concentraciones más bajas, pero transportan cantidades mucho mayores de PFA.
Debido a su medición sistemática de los impuestos de PFA en varios puntos a lo largo de Mersey, los investigadores pudieron identificar un aumento significativo en las PFA en ciertos lugares. En particular, encontraron contribuciones sustanciales de PFBS de tierras que obtuvieron viejos vertederos en la cuenca del arroyo Glaze cerca de Leigh, cerca de Manchester. PFOA, una sustancia prohibida y vinculada al cáncer, fue devuelta a un centro de gestión de residuos en el río Roch, mientras que la evidencia PFOS, otra sustancia química limitada, relacionada con el uso histórico de la espuma de lucha contra incendios en el aeropuerto de Manchester.
El significado de estos hallazgos está subrayado por el hecho de que las fuentes de infección por PFAS están profundamente arraigadas en las actividades históricas. Aunque estos productos químicos ya no se fabrican, su presencia duradera en el medio ambiente subraya la necesidad de esfuerzos de remediación específicos. La investigación enfatiza la importancia de identificar las fuentes totales más altas de PFA antes de limpiar la iniciativa, porque este enfoque puede maximizar la eficiencia de los recursos proporcionados por los supervisores con restricciones presupuestarias y opciones de monitoreo limitadas.
Las implicaciones de este estudio se extienden más allá del río Mersey, que refleja un patrón global de infección por PFAS que se caracteriza por numerosas fuentes históricas. Dada la extrema persistencia de estos productos químicos, está claro que continuarán paseando por ríos, suelo y animales en la naturaleza sin intervenciones activas.
Este estudio argumenta la necesidad crucial de utilizar las mediciones de impuestos de PFAS como un método estratégico para abordar uno de los desafíos más urgentes en el manejo de la contaminación química. Al concentrarse en las fuentes más importantes, los reguladores pueden tener un camino viable hacia adelante para reducir la infección por PFAS en las vías fluviales, haciendo que la historia en torno a este ‘Forever Chemicals’ cambie.