Corporate America aprende de la manera difícil: Trump Sissen solo alimenta sus requisitos


A finales del año pasado, ABC News tomó una decisión financiera considerable y decidió una difamación con el ex presidente Donald Trump por $ 16 millones. La razón detrás de este movimiento parecía fácil para la empresa en ese momento: pagar la suma, dar una disculpa y esperar que la controversia desapareciera. Sin embargo, se ha vuelto cada vez más claro que esta estrategia es contraproducente.

En todo el negocio de América, las empresas se encuentran con una dura realidad: ofrecer concesiones a Trump no conduce a una resolución, sino que alimenta requisitos adicionales. En un turno que recuerda al clásico libro infantil de Laura Joffe Numeroff, las compañías descubren que solo dando registros de solicitudes adicionales.

En diciembre, ABC no solo acordó pagar $ 16 millones, sino también contribuir con $ 15 millones a la Biblioteca Presidencial de Trump y cubrir $ 1 millón en costos legales para el abogado de Trump. Esta regulación proviene de una desviación de Anker George Stephanopoulos con respecto a un juicio del jurado que Trump encontró responsable por el abuso sexual. La caracterización incorrecta condujo a la presentación lamentable de ABC de un memorándum editorial que aclara el lenguaje utilizado.

Nueve meses después, la red se enfrentó a un nuevo desafío. Después de las vagas amenazas del presidente de la FCC, Brendan Carr, sobre la posible suspensión del permiso de transmisión de ABC debido a los comentarios del comediante Jimmy Kimmel, la red decidió suspender el espectáculo nocturno de Kimmel por un período de tiempo indefinido. Este movimiento significa una tendencia relevante entre las redes que se doblan por la presión de las figuras políticas.

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La experiencia de ABC es emblemática para un fenómeno más grande. Solo cinco meses después de la sucursal con Trump, la empresa matriz de CBS, una estrategia similar, repitió una regulación de una regulación de $ 16 millones en una demanda presentada por Trump. Esta regulación incluyó costos legales y una promesa de contribuir a la Biblioteca Presidencial de Trump. Los observadores interpretaron esto como una concesión estratégica en medio de una negociación de fusiones con los medios de comunicación, a pesar de las compañías que no reclaman una conexión entre los dos eventos.

Las tensiones se han intensificado en medio de estas decisiones. Mientras que Trump y otros republicanos insisten en que la suspensión de Kimmel fue una elección económica en lugar de una acción punitiva contra la desviación de la opinión, los críticos piensan que el sospechoso del momento. Las revisiones para televisores son a altas horas de la noche, como las robustas de Kimmel y Stephen Colbert, especialmente bajo los codiciados demográficos de 25 a 54 años.

MediaCitics afirma que la decisión de cancelar estos espectáculos no resulta del fracaso financiero, sino debido a la presión política. Afirman que las compañías podrían elegir mantener los espectáculos rentables si realmente quisieran.

El propio Trump ha pasado de defender estas decisiones como «decisiones comerciales» puramente, lo que reveló un desprecio más profundo porque él es el objetivo del humor. Hablando en Air Force One, sugirió que las redes deberían retirarse si consideraran que el contenido aéreo es tan abrumadoramente crítico en él. Sus declaraciones subrayan la amenaza amenazante que es por la libertad de expresión, ya que comenzó con la identificación de sus funcionarios de la FCC designados sobre qué contenido debe verificarse o verificar.

La respuesta pública a las acciones recientes de ABC ha sido grave. La indignación en las redes sociales tiene la razón para boicotear a Disney y sus propiedades afiliadas. Las figuras prominentes en la industria del entretenimiento, como Damon Lindelof, han expresado su desaprobación de la suspensión de Kimmel, lo que indica un posible retroceso contra la decisión de la red de aceptar la presión política.

La lección subyacente para la comunidad empresarial estadounidense parece clara: los intentos de curry en Trump no pueden conducir a la buena voluntad deseada y pueden conducir a consecuencias que van mucho más allá del primer problema. A medida que más empresas toman estas altas decisiones de implementación, la naturaleza agresiva de los requisitos de Trump puede darles pocas opciones que continuar comprometiéndose. Los observadores advierten que las mariquitas del matón fomentan su apetito por más concesiones, de modo que los principios más amplios, como la libre expresión, están en peligro.

Con requisitos constantes y control escalado de Trump y aliados, parece que este patrón de concesiones y presentaciones comerciales podría causar más desafíos para las compañías de medios y su enfoque hacia el contenido políticamente cargado. El retorno comercial y la protesta pública continuarán a medida que se desarrollen las consecuencias de estas decisiones.



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