Venezuela comenzó una serie de ejercicios militares de tres días, con sus capacidades militares en una exhibición puntiaguda hacia los Estados Unidos en medio de crecientes tensiones después del uso de buques de guerra estadounidenses en el Caribe. Más de 2500 soldados se han movilizado en La Orchila, una isla caribeña, para las operaciones con el nombre «Sovereign Caribbean 200», que incluyen maniobras de aire, mar y country.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, anunció que los ejercicios contendrán doce barcos navales de diferentes tipos, 22 aviones y alrededor de 20 barcos más pequeños. La cobertura de los ejercicios sobre imágenes de VTV -Run de aterrizajes anfibios, barcos de guerra navales y aviones de combate incluyó maniobras sobre aguas territoriales.
Las operaciones militares supuestamente son una respuesta directa a los movimientos recientes de la Armada Americana en el área. Washington afirma que su despliegue, con una variedad de barcos como los destructores de clase Arleigh Burke y el submarino nuclear USS Iwo Jima, tiene como objetivo combatir el tráfico de drogas. Sin embargo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirma que la intención es comenzar el cambio de régimen en el país, un reclamo subrayado por la historia del gobierno de los Estados Unidos para acusarlo de tráfico de drogas, lo que llevó a una prima sustancial a su cabeza.
En un contexto relacionado, los ejercicios siguen el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump con respecto a las huelgas en barcos que transportan drogas supuestamente desde Venezuela. Trump describió las acciones de la Armada Americana contra los botes que se asocian con la pandilla venezolana de Aragua, insistentemente que sus misiones son necesarias para suprimir el contrabando de drogas narcóticas.
Venezuela también ha intensificado su retórica militar, con el presidente Maduro advierte de medidas protectoras, insistentemente que «ningún imperio golpeará el terreno sagrado de Venezuela». El ejército venezolano se ha jactado de la movilización de millones de hombres de Milithane en todo el país en preparación para posibles conflictos.
Además de los ejercicios militares, Venezuela mostró sus aviones de combate Sukhoi Su-30 con construcción rusa equipada con misiles antibuque, con los cuales la voluntad de combatir se enfatizó aún más. Las imágenes recientes compartidas por la Fuerza Aérea Venezolana en las redes sociales mostraron estos aviones tanto en pantallas estáticas como en el aire y enfatizaron sus posibilidades.
Los Jets Sukhoi pertenecen al 13º grupo de aire de combate «Lions» y están armados con misiles antibuque de aire a superficie KH-31 «Krypton». Los informes indican que Venezuela adquirió varios de estos cohetes de Rusia entre 2007 y 2008, con revisiones continuas y señaló que el país tiene variantes anti-buque y antirradar del KH-31.
En medio de estos desarrollos, la preocupación por la efectividad operativa del ejército venezolano continúa existiendo. Un informe de la ONG enfatizó los problemas con respecto al envejecimiento de los activos militares y los desafíos de mantenimiento, como resultado de los cuales la capacidad de la nación para mantener una presencia militar efectiva complica.
En los Estados Unidos, el enviado especial de Trump, Richard Grenell, expresó cuidadosamente el optimismo sobre las perspectivas de participación diplomática en Venezuela, lo que sugiere que aún puede ser posible llegar a un acuerdo y prevenir conflictos.