Old Paleognath Bird Fossil sugiere opciones de vuelo y caminos evolutivos


Las avestruces, Emus, Rhaeas y otras aves grandes y no voladores habitan seis continentes, lo que conduce a intrigas continuas sobre cómo estas especies se extienden a grandes distancias, a pesar de su incapacidad para volar. La teoría predominante sugirió que sus antepasados ​​cruzaron la tierra cuando la tierra estaba unida bajo el Pangea supercontinente, que existía de alrededor de 320 millones a 195 millones de años hace. Sin embargo, esta hipótesis significa desafíos, porque Pangea se separó mucho antes de que el último antepasado común de estas aves haya surgido hace unos 79.6 millones de años. Los estudios genéticos sugieren que las líneas más importantes de estas aves varían entre 70 millones y 62 millones de años, lo que complica aún más el rompecabezas.

Para descubrir el viaje evolutivo de estas aves, Klara Widrig, un zoólogo vertebrado en el Museo Nacional de Historia Natural de Smithsonian, y su equipo se concentró en una antigua copia paleognath que se conoce como un lithornis promiscuus. Este fósil data de alrededor de 59 a 56 millones de años y ha sido notablemente bien conservado y puede aliviar las características de sus antepasados. Widrig enfatiza que, aunque los lithornis pueden no ser el antepasado directo de los paleognats de hoy, ofrece información valiosa sobre cómo se verían sus orígenes.

Estudios anteriores identificaron capacidades de vuelo potenciales en otra especie de litornitídidos, Calciavis grandei, aunque el tamaño de la capacidad de vuelo se mantuvo vago. El equipo de Widrig quería aclarar esto realizando un análisis cuantitativo del esternón de lithornis, el estampón crucial para el suplemento muscular de vuelo. Sus hallazgos revelan que la forma del esternón de lithornis se asemeja a las de las aves contemporáneas que son expertas en vuelo de larga distancia, como grandes garcetas y garzas. Este hallazgo sugiere que los viejos paleognats pueden volar entre la masa terrestre, de modo que se estableció la población que finalmente dio lugar a las aves grandes y no voladoras que se encuentran hoy.

Peter Hosner, curador de aves en el Museo de Historia Natural de Dinamarca, señaló sobre la rareza de las aves migratorias en todo el mundo, porque muchas especies tienden a permanecer ubicadas. El estudio establece que los antepasados ​​de hoy pueden haber sobrevivido y aislado de forma remota en distinentes, lo que lleva a un notable ejemplo de evolución convergente.

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Actualmente hay alrededor de 60 tipos vivos de paleognats, que van desde Tinamous, que pueden manejar vuelos cortos hasta diferentes tipos de kiwi, emus, kasuales, avestruces y rheas. Widrig enfatiza que para las aves pierde su capacidad de vuelo, se deben cumplir dos trastornos principales: una dieta que se puede cumplir en el suelo y la ausencia de depredadores requiere vuelos. Históricamente, la extinción de los dinosaurios no avios, después de la extinción del evento de extinción paleogénica de tiza, ofreció la oportunidad de darle a las aves la oportunidad sin depredadores prósperos.

Widrig explica que el entorno de extensión post-extensión las aves sin vuelo permitieron con el tiempo, ya sea cada vez más grande y más formidable como kasual o velocidad, como avestruces. Es notable que estos ajustes evolucionaran independientemente de diferentes tipos y regiones, de modo que la idea de una estrategia evolutiva coordinada negó.



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